Gisella Canales
II ENTREGA Y FINAL
Nicaragua celebró que este año por primera vez Managua fuera una de las mejores cien ciudades en el mundo para hacer outsourcing o exportación de servicios, en los que predominan los call centers. La publicación anual de la reconocida firma consultora Tholons destacó que en la capital hay capacidad para ofrecer servicios bilingües en ese sector y prueba de ello es la presencia de empresas de prestigio mundial como Sitel y Global Services.
Sin embargo, advierte Tholons en su informe, el país tiene que ser más cauteloso en mantener un ambiente de facilitación de negocios. “Nicaragua se enfrenta a una percepción negativa sobre su estabilidad política”, señala.
Observaciones de este tipo se han repetido en varios estudios internacionales recientes. Otro caso fue el Índice de Libertad Económica 2013, que publicó en enero el Wall Street Journal y la Heritage Foundation, en el que el país retrocedió tres posiciones respecto al informe anterior, debido a que hay “insuficiente” protección a los derechos de propiedad y la corrupción generalizada está frenando “el surgimiento de un sector privado más dinámico”.
Estos informes contrastan con el discurso que venden el Gobierno y empresarios en el exterior, en busca de más inversiones. Sin embargo, Álvaro Baltodano, delegado presidencial para inversiones y secretario técnico de la Comisión Nacional de Zona Franca, afirma que el inversionista se anima a instalarse aquí porque toma como referencia otros parámetros.
¿Qué tanto los informes de este tipo son un freno a la hora de vender Nicaragua como destino de inversiones?
A ver, toda noticia que salga de fuera sobre un país tiene una repercusión positiva o negativa. ¿Qué nos hemos encontrado en el último año en Estados Unidos y en otros países? la percepción de que Nicaragua es un país con estabilidad social… Vas a un foro y ya ver a Nicaragua (ahí) es normal, y encontrarte a la gente que te dice: “hombre está internaste Nicaragua, cifras económicas de crecimiento”, porque son cifras económicas que salen en el Banco Mundial, en el Fondo Monetario Internacional, salen en el BID, lo menciona la Organización Mundial del Comercio… Entonces, esa percepción que pudiera haber habido hace dos años, tres años, ha venido decayendo, ha venido bajando, ha venido disminuyendo. ¿Por qué? porque la realidad es otra. En un momento determinado hace tres, cuatro años, cuando había una crisis mundial, que nosotros veníamos iniciando en todo este proceso de diálogo social y desde el inicio del Gobierno, en estos encuentros la percepción (negativa) era más fuerte. Pero esa percepción ha venido disminuyendo. Ha impactado la estabilidad social y la estabilidad económica. Entonces ese factor político no existe en la percepción del inversionista. Está en los políticos, pero en el inversionista no está esa percepción, porque el inversionista habla con los inversionistas y ve al Cosep o ve a Amcham afuera y ve al Gobierno en conjunto en el extranjero, llevando un mensaje único de estos parámetros económicos y sociales —que son los parámetros de desarrollo del país— , únicos. Llevamos dos años trabajando con fuerza en el extranjero. Se trabajaba desde antes, pero en los últimos dos años (ha sido) un trabajo intenso del sector privado y el Gobierno juntos trabajando afuera… Hemos trabajado en conjunto para lograr este propósito. La realidad es que lo hemos conseguido y hemos logrado el objetivo. Esa percepción ha disminuido.
En esos reportes de libertad económica siempre se señala principalmente dos factores: la falta de independencia del poder judicial y la institucionalidad…
Esos son factores que los toman en consideración algunos organismos que lógicamente se leen, sería absurdo decir que no, pero los factores principales de protección al inversionista, que tiene que ver por ejemplo con el Doing Business, los resultados propios del país que se lee en los informes de las instituciones multilaterales, te implican otra cosa y el inversionista se va más por el factor de estos organismos.
Pero eso no quiere decir que estos problemas no existan…
Bueno, depende de la óptica. Por ejemplo, nosotros hemos dado a conocer afuera resultados de las encuestas a nivel nacional donde te dicen que el porcentaje más alto de la población está satisfecho con lo que está sucediendo. Eso lo lee el inversionista que está afuera, porque cuando se habla de estos valores son valores políticos. Es decir, el político que opina una cosa y el político que opina otra cosa, pero no son los valores que maneja ni la población, ni lo maneja afuera el inversionista, o el inversionista que está aquí. El inversionista que está aquí maneja: estabilidad laboral, estabilidad social, ve a la Corte Suprema haciendo su diseño de trabajo, ve a la Corte Suprema juzgando el problema del narcotráfico, ve el resultado de la lucha de Nicaragua en la lucha contra el narcotráfico, contra la delincuencia organizada. Ve ese resultado, ve la seguridad ciudadana y dice “¿cómo es esto que en Nicaragua hay seguridad ciudadana?”. Entonces, ¿a qué conclusión llega?, la institucionalidad de Nicaragua está funcionando, porque si no hubiera institucionalidad no funcionaría esto. Porque cómo no va a haber institucionalidad si sos el país más seguro de América Latina; si ves que están los narcotraficantes siendo juzgados, si ves que hay una lucha contra el crimen organizado, si ves paz social, entonces esa es la institucionalidad que necesita el inversionista. El inversionista en China no está con que necesita un régimen diferente al chino, ni en Vietnam, que son nuestros competidores, ven la estabilidad del país, económica y social. Entonces, ¿ellos qué ven en Nicaragua?, ven a largo plazo porque ellos ven estabilidad. Son parámetros de institucionalidad diferentes a los parámetros que puede tener un político. Porque el político se mueve de acuerdo con lo que puede representar como político, pero no representa el valor del inversionista. Lo que nosotros necesitamos es inversionistas que generen empleos. Nuestro discurso no va a los políticos afuera, va al inversionista que quiere eso, porque eso es lo que pide el inversionista. El inversionista no anda preocupado que cuál institucionalidad, no. Para él la institucionalidad es la estabilidad en su negocio. Entonces vos ves a las minas, ves al Grupo Sukarne de México aquí… haciendo inversiones y queriendo crecer en el país, pasar a etapas de mayor inversión en el país, ¿por qué? porque ven la estabilidad. Para ellos la estabilidad es eso. El inversionista no anda catalogando, si no, no habrían inversiones ni en China, ni en Vietnam, ni en Camboya, ni en Laos ni en Sri Lanka, Bangladesh, Rumanía, ni en ningún país. La inversión lo que necesita es estabilidad y eso es lo que nosotros le brindamos y eso es lo que le damos como país.
El año pasado fue un año de anuncios de megaproyectos, casi sueños, pero al final ninguno cuaja ciento por ciento…
Los dos megaproyectos que ya existen y que se están construyendo y que son una realidad son Tumarín y la Refinería. La Refinería lleva su proceso, si uno va a la zona de Puerto Sandino y Miramar se va a dar cuenta de la inversión que ahí hay… Igual Tumarín, ha llevado dos años de planificación, de estudios, de préstamos, de asuntos financieros, que se tienen que cumplir, que de repente hay un requisito más, etc., la parte social, la parte ambiental… Eso es lo que se ha alargado, pero los proyectos se están haciendo. Nosotros creemos que Tumarín este año va a entrar con mayor fuerza su inversión, por qué porque está entrando, aproximándose, a la etapa constructiva. Pero los proyectos ahí van caminando. Son una realidad. Ahí están y se están construyendo.Si nos vamos a los otros proyectos que son más nuevos… lo primero que se sacó en conclusión el año pasado, después de venir viendo cómo montar estos proyectos, fue que había que formar una Autoridad del Canal, porque sin la Autoridad del Canal se nos hacía difícil estar conversando con los inversionistas, no teníamos realmente un canal legal adecuado. Se creó la Autoridad del Canal el año pasado, fue ratificada por la Asamblea Nacional y quedó conformada legalmente, inmediatamente aparecieron los inversionistas chinos. Pero los inversionistas chinos vinieron a ver lo del Gran Canal pero también concretizaron compromisos en telecomunicaciones, ya aplicaron y ya tienen la licitación, ya tienen adjudicado todos los requisitos que da Telcor y este año comienzan con sus inversiones… La empresa Xinwei comienza a invertir en telecomunicaciones este año.
¿Y Monkey Point?
Ahí estaría Monkey Point en este proyecto (del canal interoceánico). Entraría en este proyecto porque los brasileños hicieron un estudio previo, ese estudio les dijo hay que buscar más carga, este proyecto llevaría a eso, a que realmente este puerto sea lo suficientemente competitivo para “recepcionar” la carga que se necesita para hacerlo viable financieramente.
Entonces a corto o mediano plazo no habrá puerto en el Caribe…
Ahorita está haciéndose el estudio de factibilidad completo con los chinos, porque el hecho de hacer el canal ya cambia los proyectos de construcción del puerto desde el punto de vista del movimiento financiero.
¿Por qué desistieron los brasileños?
Porque en el estudio de ellos, de hacer el puerto con carga para Nicaragua, al ver sus factores de competitividad vieron que necesitaban más carga. Más carga de la que ellos suponen entraría al puerto solo con la carga nacional. Definitivamente nosotros estamos convencidos que Monkey Point tiene que ser un puerto para Nicaragua y para trasbordo de mercancías en Centroamérica y otros destinos.
Ya se superaron los mil millones de dólares en inversiones en el 2012 , ¿se puede mantener a largo plazo este monto, o cifras similares?
Eso es como el sueño… Hace seis años en Nicaragua se invertían 200 y pico de millones de dólares anuales, hoy ya estamos hablando de mil millones anuales durante dos años seguidos; 986 en 2011 y ahora más de mil. Mil es un promedio en los últimos dos años y vamos a una inversión de más de mil 300 millones este año. Cada año va aumentando este rubro, ¿por qué?, porque así se va presentando el país, un país donde el inversionista es bienvenido, donde el inversionista logra su propósito, y Nicaragua logra su propósito, que es generar empleos y luchar contra la pobreza. Entonces coincidimos todos: el inversionista, el trabajador, el Gobierno, el sector privado, todos, todos estamos en esa meta.
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