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La antirreligiosidad como confusión de prioridades

Álvaro Taboada T.

Es enorme el esfuerzo actualmente dedicado a disputas etéreas (particularmente anticatólicas) por algunos militantes antirreligiosos, mientras el mundo enfrenta problemas mucho más acuciantes que los tratados en esas discusiones reminiscentes del entorno histórico dieciochesco de Voltaire, cuando existían razones sociales y políticas reales para enfrentar a la Iglesia, por ejemplo, por su simbiosis con el absolutista ancien régime. La debacle moral de occidente y de Iberoamérica (en gran medida occidental), las drogas y el crimen organizado, la depravación sexual, la violencia, el terrorismo y la proliferación nuclear, son realidades terriblemente vigentes que (además) son antítesis de los valores básicos del cristianismo, acusado por algunos de “fuente del mal”. Esto último va, evidentemente, en detrimento del análisis sereno de la compleja verdad histórica, mientras se obvian las prioridades actuales. Lo que hoy exige la supervivencia de la libertad es la colaboración entre instituciones y grupos que poseen puntos de vista aproximados, al menos en los temas antes indicados como urgentes y vitales.

Lo dicho arriba no se refiere a temas teológicos sino a realidades sociales. Si de las enseñanzas católicas se sustrajera la dimensión espiritual-trascendental que proclama la Iglesia al referirse a la conducta humana, y si se las tomara estrictamente como normas de conducta de alcance inmanente y puramente social, incluso en este caso esas normas encerrarían enormes valores cívicos, de hondo valor social práctico ante el desenfreno actual, cuyos terribles resultados sociológicos, empíricamente comprobables, hacen temer por el futuro de las sociedades que se construyeron al amparo de las ideas y de las instituciones de occidente, en buena medida enraizadas en la herencia cristiana. Es este el occidente libre aunque amenazado, cuyas sociedades permiten hoy libertad religiosa, política, y de expresión, ya sea para orar o para exigir la muerte de Dios.

Evidentemente el cristianismo tiene deudas históricas. Igualmente la historia tiene deudas con el cristianismo, tan extensas que es inútil intentar aquí ni el más leve inventario. Baste recordar la fundación de la universidad, institución central en el desarrollo intelectual de la humanidad, o la continuación y diseminación del concepto de Derecho Natural que ahora —escamoteando su origen— se le conoce como Derechos Humanos, base de las instituciones democráticas y del concepto de libertad y dignidad humana. Y ello a pesar de que, sin duda, por un largo período la Iglesia ahogó la libertad de pensamiento. Sombras y luces. Herencia mixta, e imborrable.

Desde luego los “verdaderos creyentes” (analizados por Hoffer), embarcados en campañas obsesivas contra determinado objetivo, viven un mundo binario, extremos absolutos, dogmas que incluyen el de la totalidad incuestionable de lo racional, aspecto básico pero no único de la realidad humana. En tanto, mientras proliferan gravísimos y urgentes peligros, los cruzados antirreligiosos (particularmente anticatólicos) martillan sobre “el peligro de la Iglesia” en las sociedades occidentales, no obstante el hecho de que la profunda secularización de estas ha orillado a la religión. Curiosamente, los valores morales requeridos para enfrentar la catástrofe social del hedonismo a ultranza, o las acechanzas de marejadas como la del islamismo, enemigo de las libertades vigentes que permiten cuestionarlo todo, esos valores que pueden insuflar coraje para defender las formas básicas de vida en occidente, se derivan o coinciden con los más notables predicados por la Iglesia, como la dignidad de las personas y la libertad para forjar su destino. EL AUTOR ES DOCTOR (Ph.D) EN RELACIONES INTERNACIONALES

Opinión Columnistas archivo

COMENTARIOS

  1. Pedro Cuadra Morales
    Hace 11 años

    No es malo que “haya de todo en la viña del señor”. Procurar un pensamiento racional y el alejamiento de la superstición no tiene por qué ir en detrimento del tratamiento y el debate de otros importantes asuntos relevantes para los humanos. Hasta para abordar la farándula, la moda y el deporte hay lugar. No tiene nada de malo. La variedad puede ser muy buena. Pedro Cuadra Morales.

  2. Pedro Cuadra Morales
    Hace 11 años

    Con los vertiginosos avances científicos y tecnológicos se presentarán, cada vez más frecuentemente, importantes dilemas; esto hace que sea muy importante abordar los temas teológico-religiosos, pues éstos influyen grandemente en el camino que la humanidad tomará ante dichos dilemas. Esto es más importante que lo que ocurrió en el pasado, aunque ello también es importante. Pedro Cuadra Morales.

  3. Martha R Paz
    Hace 11 años

    Solo les digo algo por siglos se ha impuesto la religion tradicional como la unica opcion para el latinoamericano pero gracias a Dios que el evangelio entro por otro lado con plena libertad pese a ser siempre perseguido, Gloria a Dios por esos peregrinos que llegaron a Estados Unidos con el evangelio y pagaron un precio alto. Hoy dia los evangelicos ya no somos el animal raro en Nicaragua sino que el 45% de la poblacion se ha convertido. No le abran las puertas a la religion musulmana gran error

  4. jose m. fernandez
    Hace 11 años

    Su argumento de”La atireligiosidad”es meramente hecho para defender a la iglesia Catolica solamente,usted se contradice al atacar a otra religion,eso no es ser cauto.De todos los paises donde se profesa el Cristianismo los mas pobres y atrazados social,economica,y politicamente son en los q’ predomina el Catolisismo como religion.Han fracazado en su intento de sentar en esos pueblos todos lo beneficios q’ usted pregona del Cristianismo.Quien necesita a un DIOS para ser un ser humano?Los ingenuos

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