WASHINGTON/AFP
Los distintos departamentos del Gobierno se aprestaban ayer a implantar los recortes del gasto que se activarán desde hoy.
Algunos demócratas recordaron que no habrá recortes en los programas sociales para los sectores más vulnerables, lo que se compensa con fuertes rebajas del gasto en el Pentágono.
Según un sondeo de Gallup publicado ayer, 56 por ciento de los estadounidenses estima que los recortes presupuestarios agravarán la situación económica del país. En tanto, un 45 por ciento no cree que su situación financiera personal se verá afectada por las medidas, mientras que un 44 por ciento cree que sí.
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Tras el fracaso en el Senado ayer de un plan demócrata, que suponía un aumento de los impuestos a los más ricos, para evitar los recortes de 85,000 millones de dólares hasta el 30 de septiembre, que representarán una reducción del ocho por ciento de los gastos anuales en defensa y del cinco por ciento en el resto del presupuesto, Obama afirmó en un comunicado que los legisladores conservadores habían decidido “amenazar” a la economía con “un conjunto de recortes presupuestarios automáticos y arbitrarios”.
“Los republicanos del Senado tenían (la oportunidad de) optar sobre el modo de hacer crecer nuestra economía y reducir nuestro déficit. Y en lugar de suprimir una exoneración fiscal que beneficiaba a los más ricos (…), eligieron emprenderla contra los servicios decisivos destinados a los niños, a las personas de más edad, a los militares y a sus familias”, denunció.
“Votaron a favor de hacer caer toda la carga de la lucha contra el déficit sobre la clase media”, aseguró.
El Senado rechazó también ayer un proyecto de ley, presentado por los republicanos, que mantenía el recorte de 85,000 millones de dólares del presupuesto, pero le daba poder al presidente para repartir la reducción entre los diferentes departamentos del Gobierno, según su libre determinación. Así, los republicanos pretendían permitir a la administración salvar algunos programas considerados cruciales, como el de defensa, y desplazar la carga de los recortes a programas superfluos.
Los demócratas rechazaron el acuerdo, pero no lograron que los republicanos apoyaran su proyecto, que suponía la reducción del déficit a partir de un nuevo aumento de los impuestos.
John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, reiteró la postura de su partido contraria a un nuevo aumento de los tributos. “El presidente ya tuvo su alza de impuestos”, recordó, en referencia al acuerdo del 1 de enero que impuso más tributos a los más ricos.
Las dependencias del gobierno federal han expresado sus advertencias sobre las consecuencias de los recortes, que afectan las funciones de regulación y otras áreas del presupuesto como el transporte, la educación y las inspecciones sanitarias.
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