Ansiedad es la palabra que mejor describe a María Candelaria Rivera Gadea en estos días. Pronto irá a la etapa final del Sony World Photography Awards, un prestigioso concurso mundial de fotografía. Y entre preparativos, la hija de Norma Elena Gadea nos habla de su vida, sus gustos y el amor.
¿Tu primer recuerdo?
Creo que tengo desde que estaba en el vientre. Tengo sensaciones, colores, sonidos.
Debés tener una memoria espectacular.
Ah… ¡no! (carcajada). Pero recuerdo cosas de hace mucho tiempo.
¿Creés en otras vidas?
Sí. Tuve que haber vivido en los años 50, hay algo en la música, en los colores de esa época.
¿Cómo te va en el amor?
No sé. ¡Vamos a ver! (ríe) ¡Está en veremos!
¿Nunca te han roto el corazón?
Si me lo rompieron, me lo zurcí rapidito (sonríe).
¿Cantás tan bien como tu mamá?
¡No! ¡Nada! Dicen que soy afinada, pero no (ríe).
¿Qué harías si este fuera tu último día?
Disfrutar hasta el último momento, tratar de reunir a las personas que he querido y… hacer una foto. Un autorretrato.
Ese último día, ¿elegirías viajar a un lugar bello o hacer el amor?
(Se pone roja) ¡Pues las dos cosas! ¡¿Por qué no se pueden hacer las dos cosas?! (ríe)
Dicen que si ganás este concurso vas a ser “la mejor fotógrafa del mundo”.
No, no, no. Yo estoy en pañalitos. Hay miles de fotógrafos buenísimos que tal vez no participaron.
¿Cómo hiciste para que en tres años viviendo en Argentina no se te pegara el acento?
No, ¡nunca!
Hay gente que va a otro país por una semana y vuelve hablando diferente.
¡Me repugna eso!
Contame, ¿cuál es tu filosofía de vida?
Vivir cada día como que es el último y luchar por hacer lo que te apasiona.
Autorretrato de María Candelaria, tomado frente al espejo.
Ver en la versión impresa las paginas: 24