Edgard Rodríguez C.
Lo de Puerto Rico es admirable ya que no dispone de un plantel con muchos nombres rimbombantes, pero ha luchado con mucho coraje.
Para Estados Unidos es triste perder porque tiene el mejor beisbol, pero no ha podido salir airoso.
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Puerto Rico pudo haber conquistado anoche la victoria más importante de su historia, al superar 4-3 a Estados Unidos y avanzar a la semifinal del Clásico Mundial del Beisbol a jugarse en San Francisco.
Utilizando como base una sólida presentación del veterano Nelson Figueroa, quien lanzó seis ceros y un bateo preciso, liderado por Ángel Pagán y Andy González, los boricuas arañaron la gloria.
EE. UU. en cambio se ha ido una vez más del Clásico Mundial con pena y sin gloria, a pesar de contar con el escuadrón de mejor personal y de ser el creador del evento que no han podido conquistar.
Figueroa, veterano de 38 años que ha lanzado casi todas las ligas profesionales, dejó en dos hits a una poderosa alineación, mientras le daban ventaja 1-0 en el primero, por remolque de Mike Avilés.
Y aunque Ryan Vogelsong (0-1) se enderezó, Figueroa no cedió más que dos hits en seis entradas. Y los boricuas aseguraron el triunfo con tres anotaciones en el sexto, dos de ellas remolcadas por González.
Eso permitió amortiguar el intento de rebelión de EE. UU. en el cierre de un partido, que parecía llevarlos a una remontada, pero en cambio terminó en una pesadilla y celebración para los boricuas.
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