En nuestro país las armas de fuego cada vez son más utilizadas para cometer delitos de mayor peligrosidad. En Managua es donde se reporta mayor ocurrencia de crímenes perpetrados con ese tipo de armas, revela un informe del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
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Por ejemplo, dice Alvarado, la Ley 510 o Ley para el Control y Regulación de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros materiales relacionados, no especifica cuántas armas está permitido que halla en un hogar. Para ella, es buen momento para que empiece a debatirse una posible revisión de esta ley.
Es necesario un mayor control de las armas de fuego, considera Alvarado. Según ella, debe tomarse en cuenta su utilización en los delitos de mayor peligrosidad y el hecho de que una de las principales formas de adquirirlas es el comercio legal. Aunque otra fuente sea el tráfico ilícito.
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Los datos sobre violencia armada son el resultado de un estudio que se realizó en Centroamérica y que en Nicaragua está basado particularmente en el análisis de anuarios estadísticos de la Policía Nacional emitidos hasta 2011.
Según Gabriela Alvarado, funcionaria del Ieepp, entre los hallazgos del estudio destaca que en un 55 por ciento de los asesinatos y un 49 por ciento de los homicidios cometidos en el país, sus perpetradores han utilizado armas de fuego. El estudio no especifica el tipo de armas más utilizadas.
Alvarado señaló que este hallazgo coincide con la quinta encuesta de percepción sobre seguridad ciudadana, realizada en diciembre del año pasado, en la cual la población ubicaba como principal problema de seguridad en el país los asaltos con armas de fuego.
Por ejemplo, dice Alvarado, la Ley 510 o Ley para el Control y Regulación de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros materiales relacionados, no especifica cuántas armas está permitido que halla en un hogar. Para ella, es buen momento para que empiece a debatirse una posible revisión de esta ley. Es necesario un mayor control de las armas de fuego, considera Alvarado. Según ella, debe tomarse en cuenta su utilización en los delitos de mayor peligrosidad y el hecho de que una de las principales formas de adquirirlas es el comercio legal. Aunque otra fuente sea el tráfico ilícito.
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