Luis Eduardo Martínez
Declarándose como defensores de la unidad de las familias, pobladores de distintos barrios y comunidades marcharon la tarde de este jueves en la ciudad de Matagalpa, demandando reformas parciales a la Ley Integral Contra la Violencia Hacia la Mujer, más conocida como Ley 779.
“Es necesario (además) que la Corte (Suprema de Justicia) nombre una comisión especial para que revise todos los casos que han condenado, porque sabemos que hay muchas personas que están condenadas injustamente”, dijo González.
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Algunos de los manifestantes coincidieron al apuntar que “es bueno” el espíritu de la Ley 779, pero, consideran que la misma es “inconstitucional” porque violenta el principio de igualdad ante la Ley.
Julio González Rodríguez, miembro de la iglesia Asambleas de Dios y uno de los impulsores de las reformas, precisó que las reformas serían parciales para que quienes sean procesados en virtud de esa Ley tengan derecho a la presunción de inocencia, mediación en los casos que lo ameriten, así como a medidas precautelares distintas a la prisión preventiva.
Durante la actividad, algunos hombres como Alexander Suárez Mendoza, del barrio Sabadell, optaron por atarse las manos y colocarse cinta adhesiva en la boca.
“Porque ahora nos sentimos amarrados, que no podemos hablar por esa Ley que está, y lo que exigimos es una reforma que se cumpla ya”, explicó Suárez, indicando que “por una mínima cosa las mujeres nos meten presos sin algo que pruebe la acusación”.
Por su parte Yaritza Tórrez llegó desde la comunidad Las Conchitas, del municipio de Sébaco, porque considera que “hay personas detenidas injustamente por denuncias falsas, acusaciones que no son bien investigadas”, ejemplificando con el caso de un sobrino suyo que fue condenado a ocho años de prisión, según ella, por una acusación falsa.
Yahaira Gutiérrez Rodríguez también fue a la marcha. Ella dice que su hermano, llamado Adán, fue condenado a cuatro años y medio de prisión porque su expareja “quería dinero, pero como mi hermano dijo que no tenía, ella lo metió preso”.
“Ella lo denuncia porque dice que en 2008 y 2009 él la violaba delante del hijo de 22 años. ¿Cómo se le ocurre que la iba a violar delante del hijo? ( ) Ella anduvo casi dos años ejecutándolo, pero nunca lo pudo meter preso, pero cuando se le llegó la (Ley) 779 ella se reía, porque era la oportunidad para hundir a mi hermano”, dice Gutiérrez, residente en el barrio Dos de Marzo.
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