Jeniffer Castillo Bermúdez
En 23 años un niño solo sabría que en Nicaragua existió un sitio llamado Bosawas, cuyos bosques —que conformaban la zona núcleo y de amortiguamiento— fueron consumidos en un promedio de 42,676 hectáreas por año, de acuerdo con las cifras del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (Marena).
De acuerdo con el informe final del Análisis de las causas de la deforestación y avance de la frontera agrícola en las zonas de amortiguamiento y zona núcleo de la reserva de biosfera de Bosawas, entre 1987 y 2010 se perdieron 564,737.3 hectáreas de bosques, equivalentes al 35.2 por ciento de los bosques de la reserva.
De ese total de pérdidas, el 17.2 por ciento se registra en la zona núcleo de las áreas protegidas.
El otro 82.8 por ciento se encuentra en la zona de amortiguamiento de la reserva, la que se considera el pulmón de Centroamérica.
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Esta ley establece cinco etapas que los pueblos indígenas deben cumplir para la demarcación territorial, que son: solicitud, amojonamiento, diagnóstico, titulación y saneamiento. Se encuentran en la etapa de saneamiento, acción que se debe agilizar, de acuerdo con Aricio Genaro, presidente de la nación mayangna.
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Ante esto, de acuerdo con Aricio Genaro, presidente de la nación mayangna, el Gobierno ofrece la permanencia del Batallón Ecológico y el acompañamiento permanente a los indígenas mayangnas para la ejecución de proyectos de rescate de la reserva de biosfera.
A esos acuerdos llegaron los líderes mayangnas y las autoridades gubernamentales que sostuvieron encuentros este miércoles y jueves.
Pero este daño, de acuerdo con Cirilo Otero, del Centro de Investigaciones de Políticas Ambientales, “no se resuelve con un batallón ecológico (…). Esto de estar diciendo que Bosawas está en peligro, que hay que defenderlo, que hay que preservarlo, todo eso es pura hipocresía porque quienes han destruido Bosawas han sido los mismos ricos políticos de este país”.
Este miércoles, el procurador ambiental, José Luis García, aseguró que hay siete acusados por tráfico ilegal de tierras en Bosawas. Este es, después de la depredación de bosques, la principal causa de daño en la reserva, de acuerdo con Genaro.
LO QUE RECOMENDÓ LA GIZ EN 2012
En el informe, financiado por la GIZ (organismo alemán) y presentado en junio de 2012, “se recomienda impulsar una campaña de incidencia y sensibilización sobre las causas del avance de la frontera agrícola, llevándola al más alto nivel político con el fin de que se logre el involucramiento de personas claves para la atención priorizada y el desarrollo de acciones que permitan mitigar y neutralizar los efectos negativos que generan las intervenciones que se realizan en la reserva”.
Esa recomendación, admite el presidente de la nación mayangna, hasta ahora se acata, pues “con ellos (el Gobierno) se empezará el saneamiento en la zona (Bosawas), ahora nadie (los colonos) podrá vivir dentro de la reserva, tienen que desalojar a los colonos. Hay territorios donde ya se está actuando, se van a reforzar los trabajos en todos los territorios y comunidades mayangnas”.
Mayangna Suani As es el territorio que más colonos tiene, según el presidente mayangna. La reserva tiene nueve territorios, de los cuales seis de ellos están dentro de Bosawas.
Ernesto López, de Misión Bosawas, dice que lo que actualmente urge es un Plan de Nación que contemple estrategias para la restauración y preservación en la zona y que se fijen metas para los próximos diez años, por ejemplo.
“Se necesitan inversiones fuertes en el área agrícola y forestal para aprovechar mejor el bosque. También hay que crear una conciencia profunda en la población en general para aumentar el compromiso de la gente con la Madre Tierra”, considera López.
Otra de las propuestas de Misión Bosawas es la instalación de estaciones biológicas para promover el turismo científico y el interés en la reserva, tanto nacional como internacional.
PROYECTO DE REFORESTACIÓN
Si se considera que entre 1987 y 2010 se perdieron 564,737.3 hectáreas de bosques, entonces “urgen proyectos de reforestación masiva. Se debe desarrollar el trabajo de apicultura para que ayuden al bosque y desarrollar el turismo educativo y sostenible en la zona”, dice López.
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