El auto eléctrico no entusiasma demasiado en Estados Unidos, donde en menos de un mes dos fabricantes debieron rebajar sus pretensiones, haciendo dudar a los expertos del desafío lanzado por Barack Obama de colocar un millón de estos vehículos en el mercado en 2015.
Coda Automotive se declaró en quiebra este mes y Fisker Automotive anunció la rebaja de 75 por ciento de sus salarios, haciendo presagiar también una bancarrota.
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