Wendy Álvarez Hidalgo
Entre enero y mayo de este año, las exportaciones en volumen de Nicaragua hacia Venezuela han crecido 209 por ciento, un entusiasmo exportador que no acaba de convencer a todos los sectores productivos, más ahora que se planea reducir a la mitad la producción de frijol rojo en cinco años para sembrar más frijol negro.
Además, en los próximos tres meses, más de 2,500 vaquillas y novillos se exportarán hacia ese país sudamericano, que afronta graves problemas de escasez de alimentos y productos básicos, como el papel higiénico.
En el caso del frijol, el presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos de Nicaragua (UNAG), Álvaro Fiallos, dijo que la idea es que los productores, que tradicionalmente siembran frijol rojo, sustituyan su producción con frijol negro en un plazo de cinco años, cuyo gran comprador será Venezuela. “(Vamos) a producir todo el frijol rojo que comemos nosotros y que todo el excedente sea frijol negro para exportarlo, porque este tiene un mercado amplio”, dijo. Y añadió: “Lo que queremos es hacer un cambio de matriz. Entre más pronto, mejor”.
Tradicionalmente, Nicaragua ha vendido a sus mercados naturales frijol rojo, entre ellos El Salvador y Estados Unidos, pero la producción de frijol negro ha ganado terreno desde que Venezuela vende en condiciones preferenciales el crudo a Nicaragua y, a cambio, el país le paga con productos agropecuarios, como frijol, leche y ganado, entre otros.
Según datos del Centro de Trámite de las Exportaciones, entre enero y el 26 de mayo de 2012, el precio promedio pagado por Venezuela fue de 3.10 dólares por kilo, pero para este año, en ese mismo periodo, la paga media es de 1.03 dólares. Esto representa una caída del 66.86 por ciento.
El Gobierno de Venezuela confirmó, según publican algunos medios venezolanos, que importará masivamente de Nicaragua azúcar, carne, ganado en pie, lácteos, aceite, café, entre otros productos, para paliar la profunda escasez en ese país.
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El economista René Vallecillo advirtió ayer, en declaraciones a la agencia AP, que “darle prioridad a las exportaciones hacia Venezuela puede provocar un encarecimiento en los productos y desabastecimiento a lo interno”.
Señaló que “tiene que haber una programación. De lo contrario, nos meteríamos en problemas con nuestra población por estar priorizando a la de otro país”.
Tal es el desabastecimiento en Venezuela que los estantes de los supermercados están vacíos y hay grandes colas para comprar un rollo de papel higiénico.
Este fin de semana, el Gobierno de ese país envió un barco a Puerto Corinto para trasladar 15,000 toneladas de azúcar de un total de 45,000 que están planeadas para enviarse hasta junio.
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Incluso, el Gobierno planea en el ciclo 2013-2014 duplicar la producción de frijol negro, al ordenar la siembra de 10,000 manzanas —casi el doble del ciclo pasado que fueron 5,240 manzanas—, según datos oficiales. Gran parte de la producción será enviada a Venezuela, donde la escasez de alimentos mantiene tensionado al gobierno de Nicolás Maduro, aliado político del presidente inconstitucional Daniel Ortega.
LOS RIESGOS
Pero transformar la matriz productiva de frijol no tiene del todo convencidos a algunos productores. René Navas es presidente de la Cooperativa Agropecuaria de Productores de Semilla de Carazo (Caprosec R.L.) y dice que temen que el Gobierno “engatuse” a los productores animándolos a sembrar frijol negro y luego los deje “colgados” con la cosecha.
“El único mercado para el frijol negro se llama Venezuela y es cierto, ese país necesita una gran cantidad de frijol, pero no lo podemos vender directamente si no es a través de Albalinisa. Un quintal de frijol puesto allá cuesta cien dólares (unos 2,500 córdobas) y a nosotros nos pagan 800 pesos (unos 32 dólares)”, cuestiona Navas, dirigente de esta cooperativa situada en Carazo y que agremia a más de 50 productores de semilla de frijol de varias zonas del país.
Navas afirma que conoce experiencia de productores que en años pasados se involucraron en los programas del Gobierno para producir frijol negro que “han quedado decepcionados porque exigen mucha calidad. Ellos (los venezolanos) no quieren ni una basura en el grano y eso tiene un costo bien alto y con lo que pagan no compensan”. Y si el productor no cumple con los requisitos de calidad, añade, lo castigan con el precio o “no le agarran el producto”.
Y aunque Fiallos dice que hay suficientes mercados para el frijol negro, además de Venezuela, Navas recuerda que ni siquiera a México se puede exportar ese grano porque ese país, aunque consuma este tipo de variedad, siempre le pone trabas a este producto.
Según datos del Centro de Trámite de las Exportaciones (Cetrex), las exportaciones de frijol negro hacia Venezuela han crecido en volumen 530.95 por ciento, entre enero y el 26 de mayo de este año. En cifras reales, en el mismo periodo del año pasado, Nicaragua había enviado a ese país 630,000 kilos, inferior a los 3.97 millones de kilos acumulados en lo que va del año. Este fuerte incremento en las exportaciones de frijol negro está dejando al país un ingreso de 4.69 millones de dólares frente a los 681,000 dólares del acumulado en 2012.
LOS MIEDOS EN LA GANADERÍA
En el caso de la ganadería también hay miedo en cuanto a la repercusión que podría tener el envío masivo de vaquillas y novillos a Venezuela.
El presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Solón Guerrero, dijo que el sector está entusiasmado enviando los animales a Venezuela y que para los próximos tres meses ya tienen un pedido de 2,500 animales, 2,000 vaquillas y 500 novillos de alta calidad genética. El pasado viernes, el país envió 980 animales al país sudamericano, según dijo el Gobierno.
Guerrero dice que tal ha sido el incremento en las exportaciones de ganado hacia Venezuela que antes se enviaba un barco cada mes y ahora se están haciendo dos viajes mensuales.
El representante de este gremio dijo que aunque se estén exportando reproductoras de vientres y leche, lo cierto es que, mientras los mataderos no mejoren el precio, ellos prefieren vender los animales en pie a los países que mejor precio ofrezcan, en este caso Venezuela.
De hecho, según datos del Cetrex, entre enero y el 26 de mayo las exportaciones de ganado en pie han crecido en kilos 106.03 por ciento. Es decir que han pasado de 2.66 millones de kilos en el acumulado de 2012, a 5.48 millones de kilos en ese mismo periodo de 2013.
¿Cuáles son los riesgos? El presidente de la Cámara de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), Juan Sebastián Chamorro, quien apoyó las exportaciones de animales en pie hacia Venezuela, porque este país compra gran parte de la carne nicaragüense, dijo que el problema es que este tipo de envíos masivos de animales podría poner en riesgo la reproducción del hato nacional y descapitalizarlo.
Chamorro dice que además se pierde la oportunidad de generar más empleos directos e indirectos y conseguir mejores precios. No obstante, dice que al existir libre mercado, los ganaderos están en su derecho de vender sus animales a quienes ellos quieran.
“Es nuestra responsabilidad decir que con la cantidad de reses que se van en pie cada mes se podría abrir un matadero que podría generar unos 700 empleos directos”, señala.
“Cuando se va ganado de genética, se están dejando menos empleos y poniendo en riesgo al sector”, apunta Chamorro, quien aclara que cada mes al menos 18,000 animales son enviados al exterior.
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