El mundo del espectáculo siempre ha tenido una inclinación hacia el trabajo de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, quienes en los últimos 13 años han ocultado sus rostros en sus presentaciones en público usando cascos de robot y disfraces.
Pero el nuevo álbum de Daft Punk, Random Access Memories, no es el superéxito lleno de efectos especiales. El grupo usó instrumentos casi exclusivamente en vivo en la mayoría de sus 13 canciones, muchas de ellas con un sonido relajado del pop y el disco de finales de los setenta.
En una época en que las baterías electrónicas y los acordes rápidos generados por computadora dominan las listas de popularidad, Daft Punk se movió en la dirección opuesta.
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