EFE
Evita, en la medida de lo posible, que se golpee la cabeza. y llévelo al hospital o bien espera una ambulancia, más si entra en una crisis donde no puede recuperar la conciencia en cinco minutos.
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Siete de cada diez epilépticos llevan una vida completamente normal. Las convulsiones, con las que la mayoría identifica esta enfermedad, son las manifestaciones menos frecuentes y, en este caso, es un tremendo error inmovilizar al paciente o ponerle un “palo” en la boca.
Las crisis epilépticas son descargas anormales de las neuronas cerebrales, de su totalidad o una parte del mismo y sus manifestaciones son múltiples; las convulsiones son las menos frecuentes.
“Cualquier causa que altere transitoriamente una de las funciones cerebrales que pueden ser motoras, sensoriales, sensitivas, psíquicas… puede ser una crisis epiléptica y en alguna ocasión se manifiestan con convulsiones”, nos aclara Juan María Mercadé Cerdá, coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN.
SOLO CONTRÓLALA
El factor genético afecta a ambos géneros y cuando esta es la causa, el inicio suele ser en edades precoces, infantil o juvenil. Con medicación un setenta por ciento controlan sus crisis y prácticamente desaparecen y otros no acaban de controlarse.
Lo que podemos intentar es encontrar la causa que lo produce. “Si es genética no tiene cura, si es por un traumatismo tampoco; si es consecuencia de un tumor benigno tendría cura si pudiéramos extirparlo”, afirma Mercadé.
También hay otros tipos que se manifiestan en la infancia, y en la edad juvenil o adulta desaparecen; esas son las llamadas epilepsias genéticamente determinadas, pero autolimitadas en el tiempo de su manifestación”, aclara el doctor.