Perú unido contra la roya

Lucydalia Baca Castellón

Mientras en Nicaragua, casi un año después de que la roya apareciera en los cafetos los productores siguen clamando por ayuda, Perú le está ganando la batalla a esta plaga. Y es que el país sudamericano emprendió la lucha contra el hongo a menos de tres meses de que la incidencia de la enfermedad comenzó a dispararse, el Gobierno Central ya ejecuta un plan contingente para el que destinó 34 millones de dólares y que podría recibir hasta 12 millones de dólares adicionales de parte de los Gobiernos regionales.

Para Augusto Nicolás Aponte Martínez, jefe de la dirección de promoción de la competitividad agraria del Ministerio de Agricultura de Perú, la premura con que se concibió y comenzó a ejecutar el plan deriva de la relevancia económica y social de la caficultura.

“Siempre hemos tenido roya, pero estamos pagando la factura de un largo proceso de mal manejo, pero ahora lo importante es reducir al mínimo la incidencia de la enfermedad para evitar daños mayores en las próximas cosechas”, asegura.

Aponte Martínez visitó Nicaragua para exponer la experiencia peruana en el manejo de la roya en la Feria Internacional del Café y el Cacao Perú-Nicaragua que se realizó durante la última semana de mayo.

Igual que ocurrió en Nicaragua, en Perú la incidencia de la enfermedad comenzó a elevarse cuando el grano ya estaba formado, es decir a pocos meses del inicio de la cosecha. Los brotes aparecieron entre febrero y marzo, y la cosecha se recoge entre mayo y agosto. Sin embargo, contrario a lo que ocurrió localmente, en el país suramericano eso no está impidiendo que se ejecuten acciones para disminuir la incidencia de la plaga.

En Nicaragua el brote apareció hace casi un año y todavía no se ejecuta ningún plan, ¿qué los impulsó a actuar tan rápido?

Nosotros hemos dicho que el ataque de la roya es un problema que a la vez se constituye en una oportunidad para incentivar la reactivación de la caficultura. Si bien es cierto, nosotros hemos insistido con los cafetaleros en que se debió aprovechar los momentos de bonanza con el precio del café, porque muchas cooperativas lograron precios de hasta 350 dólares por quintal y no dejaron una parte de esas ganancias para invertir en las plantaciones, pero eso ya no fue y algo hay que hacer. El asunto es que la coyuntura se dio en medio de mucha presión de parte del gremio y de las organizaciones cafetaleras. Entonces, como país ciertamente analizamos la importancia que tiene el cultivo para la economía. Dejar de vender 200 millones de dólares en café y exponernos a que eso (las pérdidas) se duplicaran o triplicaran en las próximas cosechas, eso habría sido un desastre, no lo podíamos permitir. Además, la caficultura es el medio de subsistencia de al menos 180,000 pequeños productores y sus familias, entonces socialmente también es un cultivo muy importante. Eso empujó al Gobierno a actuar de inmediato para evitar un mayor impacto económico y social en el país.

¿Cuánto costará el plan y quién lo financia?

Cuesta 100 millones de soles, que equivalen a 34 millones de dólares, pero solo es para 50,000 hectáreas, es decir para atender a lo inmediato las parcelas más afectadas y que pueden tratarse en este momento. A estos recursos habrá que sumarle lo que aporten los gobiernos locales que podría sumar hasta 12 millones de dólares adicionales para tratar el resto de las áreas afectadas, pero la cifra todavía no es oficial, porque estos aportes todavía están en proceso. Esto ameritó que el Gobierno Central destinara recursos y por otro lado también se logró que los gobiernos locales y regionales destinaran fondos de acuerdo a sus posibilidades.

Esperamos que se declararan en emergencia las regiones afectadas para poder movilizar recursos. Los brotes aparecieron en febrero y marzo y la emergencia se declaró a inicios de mayo. Eso permitirá que el Estado en su conjunto, con los órganos que le competen puedan destinar recursos para la atención de la roya, pero con la particularidad de que esos recursos no entran a los procesos de contrataciones y licitaciones del Estado.

Eso se hizo porque esos procesos demoran dos meses y si esperamos ese tiempo la roya se acaba los plantíos, entonces la emergencia permite hacer gastos rápidos, en cinco días se pueden hacer las compras necesarias. En Perú existen algo más de 1,800 gobiernos locales entre provinciales y distritales en las 24 regiones. En el plan contingente están involucrados 157 distritos que son de las zonas afectadas otras zonas cafeteras todavía no entran, pero se espera que todas se involucren.

¿Cuánto están destinando por hectárea para frenar el avance de la plaga?

Hemos estimado que la inversión promedio es de 2,000 soles por hectárea que equivalen a unos 700 dólares. Eso implica una inversión aproximada de 40 dólares por quintal, porque el rendimiento promedio de las plantaciones de café en Perú es de entre 12 y 15 quintales por hectárea.

¿En qué consiste este plan contingente?

Primero en focalizar las áreas afectadas para tener más precisión por donde vamos a entrarle. Luego, capacitar a los productores, a través de técnicos especializados en el manejo de la enfermedad. Aplicación y control participativo a través de comités de vigilancia para garantizar la reducción de la incidencia de la enfermedad. Y la entrega de los insumos que se aplicarán, que son fertilizantes y fungicidas sistémicos o de contacto, de acuerdo al tipo de producción.

Otra particularidad del plan es que se han establecido kits de insumos de acuerdo a los sistemas de producción. Hay insumos para sistemas de producción orgánica y tradicional. Estos kits se entregarán a cada productor afectado a través de los comités de sanidad de su zona.

El plan se construyó en consenso con los productores y las empresas distribuidoras de insumos, pero la responsabilidad directa para que el plan camine es del servicio nacional de sanidad agraria del Ministerio de Agricultura. Los insumos que incluye el kits son los que tradicionalmente han proporcionado mejores resultados en el manejo de la roya en el país.

Aquí se dijo que en árboles con granos no se podía aplicar fungicidas y que se debía esperar que la cosecha concluyera. ¿Ustedes tienen otra teoría?

En donde hay follaje y es posible aplicar a pesar de que haya cosecha se está aplicando, en el resto de las áreas se aplicará al concluir la cosecha. Pero en la gran mayoría de los plantíos al terminar la cosecha las plantas quedan estresadas y es necesario aplicar otros productos para fortalecer las plantas y vigorizarlas antes de aplicar el fungicida, entonces donde se puede mejor se aplica de una vez.

El plan de contingencia lo hemos estructurado en febrero a raíz de esta coyuntura, que tenemos no solo en el país, sino que viene afectando desde Centroamérica hasta el sur. El plan se concibe en este contexto, sin embargo, desde inicios de esta década, desde el 2002 o 2003 venimos también estructurando un plan de reactivación de la caficultura, con sus altas y bajas, con más recursos o menos recursos unos años que otros, pero tenemos trabajados con la Junta Nacional del Café y también una propuesta para el café en el largo plazo…

¿También contemplan ejecutar un plan de renovación?

Sí, para el mediano plazo la Junta Nacional del Café está pidiendo 600 millones de soles, es decir más de 200 millones de dólares, para renovar parte de las áreas. El Gobierno ha dicho que “salgamos primero de la roya, porque 600 millones no los tenemos en la cartera, entonces enfoquemos en esto primero”. Pero sí tenemos en ejecución un plan de abonamiento y otro de rejuvenecimiento de cafetales, a través de podas y abonamiento que cuesta unos 11 millones de dólares, que empezó a finales del 2009.

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