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Sor María Romero y los inmigrantes

Mercedes Gordillo

Siendo ya religiosa nuestra beata Sor María Romero fue enviada, por su congregación FMA Hijas de María Auxiliadora, a Costa Rica en el año 1931 como asistente de novicias. Un año más tarde pasó al Colegio María Auxiliadora, en San José, como profesora de canto, piano y mecanografía; comenzó a evangelizar con alumnas del último año de secundaria, grupos de misioneritas a quienes enseñó a amar y favorecer a los pobres los grandes amores de su vida. Construyó: laboratorios, farmacias, consultorios médicos; preparó a cientos de personas humildes para diferentes empleos, formó Ayuda al Necesitado para otorgar casas a los desposeídos, obsequiaba canastas de alimentos y otras necesidades todos los días, los domingos distribuía ropa a 3,000 personas. De la mano de su Rey (Jesús) y su Reina (la Virgen) según sus propias palabras. Porque también en aquel país ha existido mucha pobreza, barrios abandonados, miserias de toda clase.

Sor María permaneció más de cuatro décadas en Costa Rica en obediencia a su congregación y dedicación a los desposeídos. Viajaba con frecuencia a Nicaragua, donde mucha gente de su tiempo testimonió abundantes milagros y favores con su oración. Después de su fallecimiento en León, Nicaragua, en 1977, su cuerpo fue trasladado a Costa Rica, siguiendo su voluntad manifestada en cierta ocasión: “Quiero ser enterrada en San José junto a mis hermanas más humildes” y así sucedió su deseo fue respetado, un avión llamado AVE conseguido por el nicaragüense Juan Burgos, ya fallecido, trasladó su cuerpo al país vecino.

Han transcurrido 36 años desde su desaparición física, pero no así su presencia espiritual, que ha inspirado en Nicaragua distintas obras que llevan su nombre. Su Casa Natal inaugurada en el año 2000, dos años antes de su beatificación por SS Juan Pablo II, atrae a devotos de todo el país. Vivimos una etapa para elevar la imagen de nuestra futura santa, sentirnos orgullosos de ser sus compatriotas por tener a una heroína de esta naturaleza, profundizar en su vida, procurar que Sor María Romero entre a los hogares católicos y no católicos para seguir tras sus huellas.

Nuestra Sor continúa sus proezas demostrando amor entrañable a sus compatriotas los nicaragüenses. Según información de distintos organismos internacionales, en Costa Rica viven alrededor de trescientos mil a medio millón de inmigrantes nicaragüenses. Medio millón que han huido de guerras, hambre, pobreza, injusticias… Viven en barriadas, ejercen los trabajos más humildes, sufren separación familiar, la cavanga de su tierra, porque es horrible sentirse extranjero ni hablar como costarricenses, algunos de los nuestros no pueden pronunciar “erres ni ese mae”, otros han tenido que aprender la imitación por conveniencia. Debido a la nostalgia, acaso para sentirse juntos, hablando del nacatamal y alegrarse recordando costumbres de nuestra tierra, suelen reunirse en algún parque los domingos. Esto y más se ha escrito sobre ellos. Sin embargo, es casi desconocida la mano milagrosa de nuestra Sor María con sus coterráneos. Según información del Museo en la Casa de la Virgen construida por ella, donde se encuentra el catafalco de Sor María; en los consultorios y otras obras sociales vigentes, existen rótulos indicando que ahora los mayores beneficiados, en un noventa por ciento, son los inmigrantes nicaragüenses, convertidos en los hijos más pobres de Sor María Romero en aquel hermano país. La autora es escritora nicaragüense

Opinión inmigrantes Sor María Romero archivo

COMENTARIOS

  1. el tico
    Hace 11 años

    Medio millon que han huido de guerras.- El nicaraguense no quiere tomar las riendas de su destino.

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