Lucydalia Baca Castellón
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La rústica técnica, que por generaciones se había utilizado para elaborar artesanías y muebles de bambú en algunas zonas del país, pasará a la historia. A partir de ahora se comenzarán a utilizar nuevos métodos para la elección y lavado del material y la elaboración de los productos, que sin dejar de ser artesanales garantizan un mejor acabado, estética y calidad a los artículos.
Los veinte nicaragüenses que fueron capacitados durante tres meses en el Centro Educativo del Bambú, que el gobierno de Taiwán posee en una comunidad de Escuintla, en Guatemala, dicen que al llegar al centro se dieron cuenta que no sabían nada sobre el manejo del bambú y que desconocían las herramientas adecuadas para moldearlo.
La estadía en dicha escuela les permitió aprender las técnicas adecuadas para: elegir el bambú conveniente para cada producto, lavarlo, cortarlo, secarlo, pegar las piezas, sellar las fisuras, curar las piezas, sellarlas y pintarlas. “También conocimos las herramientas adecuadas para manejar el bambú”, menciona el artesano de Rosita, Neddy Ismael Johnson.
El grupo también incluía a un estudiante de arquitectura y a promotores de los ministerios Agropecuario y Forestal (Magfor) y de Economía Familiar Comunitaria Cooperativa y Asociativa (Mefcca), que transferirán los conocimientos al resto de artesanos del país que no participó del curso, dijo Maritza Moreno, técnica del Magfor.
Los participantes esperan que los promotores del curso les faciliten las herramientas para trabajar el bambú, ya que en el país no existen.
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