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Alejandro Serrano Caldera

Política, sociedad y estrategias de poder

Desde hace varios días se han producido en Nicaragua acontecimientos que han motivado la atención y acción de la ciudadanía, entre los que cabría mencionar: la aprobación de la Ley 840 sobre la construcción del Canal Interoceánico; la suscripción del Acuerdo Marco de concesión e implementación del mismo, MCA; las protestas de la Unión Nacional de los Adultos Mayores (UNAM), a fin de que se mantengan las doscientas cincuenta semanas, para tener derecho a la pensión reducida y proporcional; el respaldo activo de grupos de jóvenes a las peticiones de los miembros de la UNAM; la represión contra ellos por parte de encapuchados y la pasividad de la Policía ante la violencia desatada; la destitución de una diputada del FSLN por parte del Consejo Supremo Electoral, sin expresar un motivo o causa que sustente su decisión y sin observar los procedimientos establecidos en la Constitución Política, y otros más que podrían mencionarse, pero que sería muy largo enumerar y más aún analizar.

Ante estos acontecimientos cabría preguntarse qué está ocurriendo, pues si bien, en este y cualquier otro país siempre ha habido y hay problemas de diferente índole, llama, no obstante, la atención la continuidad de los mismos con una frecuencia tal que el problema de ayer queda desplazado por el de hoy y el de hoy por el de mañana, no dejando tiempo de reflexión y análisis, pues la velocidad con la que se suceden no lo permite.

Sin perjuicio de la particularidad de cada una de las situaciones que se han presentado, convendría tratar de establecer si hay algo en común entre las diferencias específicas de cada caso, lo que podría permitirnos, a manera de aproximación e hipótesis, considerar como posibles elementos comunes, entre otros, la configuración de una estrategia que a la vez que desplaza la atención de un problema hacia otro y hace de hechos de palpitante actualidad, referentes de un pasado reciente, ensaya también la posibilidad de ir creando espacios de dominio y control significativos para el ejercicio de un poder cada vez más grande y autoritario.

Pareciera que la estrategia y la táctica es la de avanzar hasta donde se pueda mientras no haya resistencia significativa. En caso de haberla, se procede a ensayar otras medidas que implican ceder algo en las posiciones originales, pero después de haber avanzado y ganado espacios en relación con la situación que caracterizaba el punto de partida. Tal es el caso de la manifestación y del acto realizado por el Gobierno en su apoyo, pero también en el de los adultos mayores, cuyo principal líder estuvo en la tarima oficial y de donde surgió, como el hecho más significativo, el acuerdo de reanudación del diálogo y de la ayuda del bono solidario y de implementos técnicos, como sillas de rueda, anteojos, bastones, etc…, pero no de la pensión reducida que era la demanda esencial de la UNAM.

Entre otros elementos que podríamos considerar presentes en las diferentes situaciones que se han venido produciendo, se encuentran la actitud de un sector de jóvenes que asume una posición crítica y activa; la configuración de ciertos puntos comunes que llevan a una relativa unidad entre sectores políticos de oposición y de la sociedad civil, y la presencia, aunque en forma moderada, de los medios tecnológicos a través de las redes sociales, lo que introduce un nuevo elemento en la comunicación y acción política y social.

De todo ello podrían desprenderse algunas consideraciones que nos indican que ninguna sociedad vive fuera de la política, que de forma directa o indirecta, los conflictos políticos, económicos y sociales, van determinando progresivamente la participación ciudadana, y fortaleciendo la convicción de que la crisis de la política nace, precisamente, de su separación de lo social, por un lado, y a la vez, de la absorción que el poder hace de ella, por el otro.

A su vez la crisis de lo social se produce por el alejamiento de lo político de las grandes decisiones que afectan a la comunidad. La separación de lo político y lo social produce una mutilación, una doble orfandad; en cambio, la reintegración en su naturaleza, necesariamente complementaria, les restituye su integridad e identidad.

En el buen sentido, la política es un ejercicio en beneficio de la comunidad, en el que la justicia es una de sus bases fundamentales, pues es un bien ciudadano. Parte de los grandes problemas de nuestro tiempo se debe a las fracturas y separaciones que se han producido entre diferentes elementos que deben estar unidos: la política y la ética, el derecho y la justicia, la técnica y la moral, el desarrollo material y los valores. La consecuencia de esos desgarramientos está en la raíz de la crisis contemporánea, en la ruptura del contrato social que surgió con la Modernidad, y en la dificultad, hasta el día de hoy, de identificar los nuevos términos conceptuales y éticos para reconstruir la sociedad del presente.

Conviene recordar que la legitimidad es la base de la legalidad y que a su vez aquella se sustenta en la ética de los valores y la responsabilidad a la que deben responder la ley y las instituciones. Además, se debe estar consciente de la injusticia de un mundo desigual que oscila ente la abundancia y la miseria, en la que una parte de la población del mundo no tiene para vivir y la otra parte vive para tener.

Volviendo a la situación de Nicaragua, se debe partir de la convicción de que justicia y libertad son términos complementarios y no visiones fracturadas y contrapuestas. Por ello, nadie puede afianzar la libertad pretendiendo imponer su opción como la única. De igual manera, nadie puede afianzar la democracia adueñándose de ella como exclusivo propietario, negando a los demás el derecho a participar.

Debe superarse la dicotomía entre Estado y sociedad, pues hay que considerar al Estado como parte efectiva, quizás la más compleja y orgánica de la sociedad. El desafío en nuestro país, y me atrevería a decir en el mundo actual, es el de procurar la adecuada correlación entre tres categorías y organizaciones fundamentales: la sociedad, el Estado y las organizaciones políticas. Ellas son diferentes y cada una tiene sus características y funciones específicas, pero cada una solo adquiere su identidad y naturaleza en la relación complementaria con las demás.

Creo que en la posibilidad de replantear esta correlación se encuentra la capacidad de construir una sociedad, en donde justicia y libertad formen una unidad indisociable y en la que una nueva cultura política, sustentada en una plataforma de valores y principios comunes, permita, sin desconocer lo coyuntural e inmediato, tener una perspectiva que trascienda hacia una visión integral y estratégica.  

El autor es jurista y filósofo nicaragüense

COMENTARIOS

  1. Leonel Balladares
    Hace 11 años

    Don Alejandro, se le olvido anotar el caso de Zoilamerica quien ha sido perseguida por su madre Rosario Murillo hasta el punto de deportar al esposo y acosarlos en las calles. Creo que estamos llegando al Abuso de Poder de parte de esta pareja ilegal que ha usurpado el poder pasando encima de las leyes, de la Constitucion y de paso haciendo un fraude descarado en las elecciones pasadas. Ellos tienen miedo de este pueblo, saben que el 70% no los quiere y ahi esta el punto, y esto ya no se aguanta

  2. monina
    Hace 11 años

    si pero todo eso, medios tecnológicos,una relativa unidad entre sectores políticos de oposición y de la sociedad civil todo esto la dictadura de Ortega lo va a ir cayando o desaspareciendo poco a poco, este sistema de poner comentarios en la prensa, ya no tarde la dicatura de Ortega en callarlo, la repression va a ir de forma pausiva pero continua, hasta callar a la prensa o cervertirla en un instrument mas de la dictadura de Ortega y sus serviles!!!, no a la repression!!!

  3. wilike
    Hace 11 años

    Cuando un Pueblo se comienza a preocupar o ciente que la bolsa y el estomago esta apretando es cuando explota y se llevan a mundo y reymundo…ya hay desesperacion nacional , el rumbo de una nacion se esta llevando por otro lado, los intereses de un pais se estan desviando por asuntos de familia, hay que enderesar el barco antes del canal …despues sera tarde …

  4. Norman Obando
    Hace 11 años

    Maestro Alejandro, lamentablemente el fenómeno que usted explica se replica en diferentes ámbitos de la vida cotidiana y quiero destacar por ejemplo la empresa privada o las instituciones de educación superior que toman sus propias decisiones al margen de la legitimidad. Por donde tratemos de buscar algo concreto, algo sólido y definido, como lo destaca Francisco I, hay intereses muy particulares que anulan la posibilidad de construir una relación de diálogo abierto y franco.

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