Ramón H. Potosme
El Gallo Ennavajado suena en uno de los parlantes en una vuelta de la rotonda Rubén Darío y alrededor decenas de trabajadores del Estado llegan poco a poco a la celebración del día de la Alegría, cuando se conmemora la huida del dictador Anastasio Somoza en 1979.
La canción es la que ocupó el presidente inconstitucional Daniel Ortega en la campaña de 1990, y suena pese a no tener relación con el día de la alegría. A quienes no se le veían rostros tan alegres era a los trabajadores del Estado que tuvieron que “rotondear” hasta caída la noche.
Algunos llegan con sus camisetas con el logo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), otros con el de Albageneración, otros de la Corporación de Mercados de Managua (Conmema) otros del Instituto Nacional Tecnológico (Inatec) y siguieron llegando pues las fiesta estaba en todas las rotondas de Managua.
Según ella no se enarbolan ni las ideas ni los programas de los héroes y mártires que cayeron en la lucha insurreccional. Para Baltodano basta ver la aprobación de la Ley 840 que le otorga la concesión del Canal Interoceánico al empresario chino Wang Jing. Ello, según Baltodano, no es más que la venta al gran capital de nuestros recursos naturales para enriquecer a las grandes corporaciones internacionales y las nuevas élites locales que es el grupo económico orteguista.
Silvia Nadine Gutiérrez, diputada suplente del Movimiento Renovador sandinista sostiene en su mano una foto de Arlen Siu, asesinada durante la dictadura somocista. Ella recomienda recordar que los héroes y mártires lucharon porque en Nicaragua hubiera libertad, instituciones como la Policía Nacional. Está ultima a su juicio, el régimen de Ortega la ocupa en contra de quienes adversan su gobierno.
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En las intersección del Hotel Seminole, la Federación de Estudiantes de Secundaria organizó un concurso de bandas rítmicas con colegios de todo el país (FES). Más hacia el norte en la Avenida Bolívar, en la parte entre el antiguo Cine González y la rotonda ubicada cerca del centro comercial de Plaza Inter, hay instaladas ocho pantallas gigantes que pasan spots del Gobierno. Alrededor, trabajadores laboran contra reloj en la instalación de luces, unas que alumbrarán a quienes lleguen a la celebración del día de mañana y otras luces para alumbrarse ellos mismos en la noche o en la madrugada para terminar con los últimos detalles. Detalles como las aceras que aún no terminan, jardines, cunetas y paredes por pintar, sellar baches, entre otros.
La primera dama Rosario Murillo, ayer al medio día afirmó que ha estado al tanto del último detalle y reveló los significados de todos los simbolismos de ese acto. Símbolos que quedarán en la Managua con su navidad permanente.
Árboles de metal y árboles de luces, las pantallas, los trabajos de remodelación de la avenida Bolívar y el ornato de la plaza de la Fe, todo ello, según Murillo es fruto del trabajo del pueblo nicaragüense, no especificó si se refiere a que se hace con recursos del pueblo.
ARBOL DE LA VIDA
Según Murillo el árbol significa la Vida y es el símbolo de la fe que les moviliza. No especificó a quiénes moviliza.
“Ese Árbol de la Vida lleno de simbolismo… Porque nos sentimos identificados con todo lo que tiene que ver con la protección, con la salvaguarda, con la defensa… ¡Somos guardianes de la vida en nuestro país! ¡Somos protectores y promotores de vida! Todo lo que hacemos tiene como centro, como corazón la defensa de la vida. Y allí está el árbol de la vida, para representar esa búsqueda permanente de los y las nicaragüenses; y ese árbol de la vida que también es la fe que nos moviliza”, dijo Murillo.
Mientras todo ello ocurría, la Policía Nacional anunció que casi toda la ciudad de Managua será zona de seguridad.
En otra parte de Managua, en el Siete sur, miembros del Movimiento Renovador Sandinista y del Movimiento por el Rescate del Sandinismo, se manifestaron en contra del gobierno de Ortega y llaman a reivindicar a los héroes y mártires de la revolución, entre ellos a Julio Buitrago, Arlen Siu, Luisa Amanda Espinoza, Carlos Fonseca Amador, entre otros. La comandante guerrillera, Mónica Baltodano consideró que la celebración del 19 de julio se ha convertido en un culto a la personalidad de Ortega y olvida que “todo un pueblo derramó su sangre para que en este país no hubiera más dictadura”.
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