Por Amalia del Cid
Ha sido un mal 2013 para Nicaragua, un año que ha causado heridas al Estado de Derecho y a las finanzas públicas, señala Julio Francisco Báez, abogado, economista y experto en impuestos. En seis meses muchas leyes se han aprobado a “matacaballo” —empezando por la del Gran Canal Interoceánico— y para Báez todo apunta a un solo trasfondo: “Se está privatizando el Estado” para beneficio de una minoría. Sin embargo —subraya— “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.
::: ¿En verdad un Canal Interoceánico nos puede sacar de la pobreza?
Yo soy de los escépticos. Me coloco en el bando de quienes exigimos, demandamos, pensamos participar activamente en la clarificación de este proyecto, que puede terminar en algo positivo o en una aventura. Yo me inclino por lo último.
::: ¿Por qué?
Porque el proceso de realización habla de una improvisación alarmante. Se trata de una transformación del país, en términos ambientales, jurídicos, económicos, de Hacienda Pública y la forma como se ha hecho parece una broma.
::: ¿Se puede hablar ya de los efectos económicos de este proyecto aunque aún no se han hecho estudios de factibilidad?
Hasta costo ya se le puso y no están los estudios preliminares, la preinversión, la inversión, la prefactibilidad, la factibilidad. El mismo Gobierno, los mismos actores del proyecto hablan de varios plazos, hablan de dos, cinco, diez años y no saben cuánto durará el estudio ni cuánto durará el canal. El canal puede parecer la vida misma de Nicaragua y no sabemos para dónde vamos.
::: ¿Estamos entrando a un período de bonanza?
Yo no creo. La bonanza del canal no va a ser algo ininterrumpido y permanente, si es que se da. Va a haber una feria de estudios, eso sí, pero esa es plata que se va y que le queda a quienes hacen los estudios. Además, Panamá ya no vive solamente del canal, vive del turismo, del boom inmobiliario. El canal no lo es todo, no va a absorber la economía, aunque por supuesto va a dinamizarla. Pero un canal que utiliza el uno o dos por ciento de la población económicamente activa es exiguo. Y no debe ser un factor que distraiga la atención de los grandes intereses nacionales.
::: ¿Cree que es una cortina de humo?
¡Claro que sí! Es una cortina de humo en tanto nos obliga a aplazar otras tareas, obligaciones del Estado, soluciones, y quedarnos con problemas. Mientras el canal comienza a discutirse van surgiendo simultáneamente un sinnúmero de disposiciones legales. Es un avance que va a la par del canal y que es hijo del desorden que están poniendo en el país. El 2013 es el año en que más golpes y heridas se le han provocado al Estado de derecho en Nicaragua en la última década. Es el año en que remató la agonía de la Asamblea Nacional; cuando ha aparecido mayor legislación de trascendencia es cuando menos ha aparecido la Asamblea Nacional. Aprueba algo de lo que no está convencida como Asamblea, eso ha aplastado toda la fuerza de representación.
::: ¿En qué situaciones hemos visto una Asamblea Nacional aplastada?
Además de la Ley del Canal, que fue un aplastamiento pavoroso, nos encontramos con la Ley de la Energía, la venta de Disnorte-Dissur a TSK; ahí por ejemplo no se dio ni cuenta la Asamblea, aunque formalmente lo aprobó, de que se cometieron grandes torpezas y gazapos.
::: Pero los diputados siempre han tenido fama de que no leen lo que aprueban.
Es una fama bien ganada. Pero en este caso su irresponsabilidad, su falta de estudio de una disposición, han tomado unos niveles alarmantes.
::: Este año se han aprobado varias leyes, con mucha improvisación. ¿Hay algo que las una?, ¿cuál puede ser el trasfondo?
Se está privatizando la función pública. El canal es una privatización por antonomasia, la más grande que ha tenido Nicaragua en su historia. La Ley de Escáner es una privatización de la Hacienda Pública. Y en la energía, hay una privatización de tributos ya adquiridos por el Estado, los condonan.
::: ¿Se están privatizando las funciones del Estado?
Está clarísimo que se está privatizando la función financiera pública. Se renuncia a derechos que son inherentes al Estado.
::: ¿Cuál podría ser el fin?
Sustituir el Estado de Derecho por voluntades individuales y hacer del ejecutivo el único poder del Estado.
::: ¿Acaso están desapareciendo los otros poderes?
En la práctica, sí. La Asamblea Nacional está pintada. Uno que otro diputado salva el honor a título individual; pero 62 hacen una maquinaria que aplasta, que te dice que en ese silencio la Asamblea está borrada. La Contraloría General de la República cayó para siempre. Aquella beligerancia de otros años, ¡cómo mantenía contra las cuerdas a don Enrique Bolaños! Como que no existe. Aquí pueden haberse muerto los contralores hace un año y nadie se da cuenta. La Fiscalía… vimos los desmanes que pasaron con los ancianos y los jóvenes. No existe. La Policía Nacional está dirigiéndose a la pendiente de su perdición. Está jugando el rol de pie de amigo o de coautor de esta situación. Toda esta privatización no es una casualidad de loquitos que andan legislando, tiene un objetivo.
::: Si el ejecutivo en realidad quisiera ser el único poder del Estado, ¿por qué privatizaría las funciones del Estado?
Es que ejerce hegemonía privatizando y a la vez asociándose. Deja de ser ente público para ser un consocio. Y eso de diferentes maneras lo hemos venido viendo. Es un consocio en la Reforma Tributaria, renuncia a recaudar por puro gusto en muchas cosas, amplía privilegios. ¿Por qué vamos a dar algo que no se justifica? Ese es dinero que usaríamos en escuelas. Todo eso genera inequidad. Miremos el canal, ¿por qué esos funcionarios no van a pagar IR (Impuesto sobre la Renta) y nosotros sí pagamos? Desde ahí comenzó este año el descalabro legislativo que consigo trajo el descalabro de las finanzas públicas.
::: ¿A qué se refiere con “consociedad? ¿El ejecutivo socio de alguien o algo?
No, el ejecutivo no puede ser socio, está conducido por personas. Pero nos encontramos que hay personas accionistas de sociedades, algunas que no aparecen y están a la sombra. Tanto beneficio, tanta entrega de soberanía general y fiscal, no es de tontos, tiene que haber parte interesada.
::: ¿Cómo puede beneficiar a alguien un desorden fiscal?
A mediano y largo plazo esto puede ser un “boomerang”, incluso para sus propios autores, porque se está incubando una inestabilidad por la inequidad. Esto tiene sus límites, la feria, la fiesta de privilegios tiene que terminar. ¡No aguanta una economía!
::: ¿Cómo es que ahora el INSS tiene para pagar las pensiones reducidas de vejez y hace poco no tenía?
Esto del INSS es el peor preámbulo ante la reforma al Sistema de Seguridad Social que viene. Estos rellenos no denotan convicción del Gobierno por hacer justicia social. Esto va a resolver, pero muy momentáneamente. Se ha tapado un hoyo para abrir otro hoyo. Con este problema de indefinición financiera van a saltar otros.
::: ¿Por ejemplo?
Las reservas del INSS tienen un valor equivalente a lo que el Estado debe: 600 millones de dólares. Mientras no le paguen eso al INSS, tendrá que atacar sus reservas técnicas y mermarlas. Eso agudizará el problema financiero del INSS, que va a ser objeto de reforma. Conclusión: este parche va a pegar en la reforma. Y si a la reforma entrás con más heridas en el sistema, vas a entrar con más medidas drásticas.
::: ¿Quién va a pagar?
Una posibilidad es que el Estado asuma y honre su compromiso, porque es el principal deudor. O que el Estado escuche aportes de cómo se agencie recursos el INSS, porque el INSS no es inagotable. Y la multiplicación de servicios que derivan de la pensión reducida tiene un costo y ese costo lo va a asumir el INSS. Es un paso positivo, pero efímero.
::: ¿A qué se refiere con “medidas más drásticas”?
A que la ampliación de la base de cotizantes no es una cosa que se hace por decreto. Va ampliándose la relación entre el número de pensionados que sube y el número de cotizantes que se mantiene. Y cuando suba, va a ser por salarios mínimos que implican pensiones casi miserables. La reforma tendrá que resolver todos estos puntos.
::: ¿Nos van a cobrar más?
Es una posibilidad de las más inminentes, porque el Gobierno ya prometió no aumentar el número de semanas cotizadas. Y la edad de retiro se mantiene, por compromiso del Gobierno. Pero no han dicho nada de la cuota, que es de 16 por ciento el empleador y de 6.25 el empleado. Es lo único que no han dicho que van a tocar, o sea que por ahí viene. ¿Cuál va a ser la reforma? Tenemos que abocarnos como sociedad civil y no como pasó con la Ley de Concertación Tributaria, que se hizo a la sombra de la noche y debajo de la mesa. Si esto se hace así va a ser una bomba de tiempo.
::: ¿Por qué?
¿Qué va a pasar con las inversiones, las previsionales, las otras pensiones que no son de vejez, la salud, que es otro pilar de la seguridad social? Es gigantesco el trabajo y no lo va a resolver una Asamblea que no existe ni una Presidencia de la República, porque no puede hacerlo por decreto. Aprestémonos a una gran batalla.
::: ¿Cómo ve la relación actual entre el Estado y la empresa privada? Han disentido en algunas leyes, ¿eso significa algo?
No ha habido crisis, solo una luna de miel prolongada de otorgamiento de beneficios, lo que va en detrimento de otros sectores que no tienen ese tratamiento: a la cabeza los sectores medios y asalariados. En este último semestre ha habido fricciones, pero son contradicciones superables, no hay que entenderlo como que ahora el Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada) se le volteó al Gobierno.
::: ¿Qué pasa con un Estado que hace las cosas improvisadas?
El Estado se debilita y sus gobernantes se erosionan. Esto no es eterno. No aguanta Nicaragua ni como sociedad ni como economía. Se van incubando inquietudes, inequidad, rupturas de institucionalidad. El Gobierno dirige algo con clara tendencia pivatizadora… pero las leyes no crean el problema, solo expresan los problemas estructurales. Si aquí hablamos de autoritarismo, está en la ley que dice: “Yo te entrego las finanzas, Alvimer”.
::: ¿Cuáles problemas se han expresado en las leyes recién aprobadas?
Centralismo, autoritarismo, que son posiciones antiéticas, el favoritismo, el clientelismo. Por el momento pareciera ser una concentración y hegemonía política imbatible. Pero yo creo que es una apariencia.
::: ¿Qué consecuencias podría haber?
La inequidad lleva a la inconformidad social y la inconformidad social a los grandes cambios. Mmm… está aquel dicho de que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Podría haber un brote democrático que abra puertas y deje entender al Gobierno que de otra manera dejará de ser gobierno. Pero, ¿cuándo ese brote?, ¿cuándo? Eso sí, no tengo la menor duda de que la historia se va a encargar de poner el orden aquí, porque la historia somos nosotros.
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