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José Brechner

¿Es judío el principito?

La familia real británica esconde secretos sobre los que no nos queda más que especular y sacar nuestras propias conclusiones, a menos que los monarcas decidan contarnos el porqué de sus extrañezas.

Muchas costumbres de “los reales”, como los llaman los británicos (“the royals”), son ajenas a otros soberanos europeos y a sus propios súbditos. Pero son comunes al pueblo judío. Siendo mi linaje de origen escocés y alemán, tal como el de los residentes de Buckingham, y siendo notorio de que sangre noble corre por mis venas, es que desde hace años vengo explorando algunas singularidades de mis respetados parientes.

Mi curiosidad comenzó cuando me enteré de que a todo vástago real se le hace la circuncisión al octavo día de haber nacido (como a todo niño judío) y no es hecha por un médico tradicional, sino por un “mohel” o “especialista judío” en cortarles esa parte íntima e inservible a sus pacientes, sin previamente consultarles. La circuncisión de la realeza no es efectuada por un mohel cualquiera, sino por uno ortodoxo, que sigue al pie de la letra las costumbres y leyes del judaísmo. Casualmente, en mi peregrinaje por distintas sinagogas del mundo, conocí al mohel que les hizo la bíblica cirugía a los actuales príncipes.

Con el tiempo cavilaría con que el apelativo: “Británico” no se traduce al inglés como “Britannic”, que sería su extensión lógica, sino que se dice “British”. La cosa se pone interesante, porque la palabra “brit” en hebreo significa “pacto” e “ish” significa “hombre”. O sea que “British” significaría: “Hombre del Pacto”. En hebreo circuncisión se dice: “Brit Milá”, que significa “Pacto de Circuncisión” y debe ser practicada en todo niño judío, como establece Dios en Génesis 17:10-12.

Otro detalle interesante que descubrí gracias a mi sobrino, el Príncipe William, es que siguiendo la tradición real, comenzó a prepararse para gobernar a los 13 años, la edad en la que los judíos hacemos el solemne Bar Mitzvá, y los liberamos a nuestros padres de nuestros pecados, asumiendo la responsabilidad de nuestros actos ante Dios.

Mi tía Elizabeth II tomó entonces a William bajo su regazo y se lo llevó a Balmoral para iniciar su entrenamiento como futuro Rey del Reino Unido, ya que mi primo Charles ha sido descartado como heredero del trono por esas cuestiones de faldas y orejas.

Su dulce y sencilla extinta esposa, la princesa Diana, según las malas, pero muchas veces bien informadas lenguas, no era la hija de Earl Spencer, Vizconde de Althorp, sino de Sir James Goldsmith, el poderoso banquero judío, con quien su madre tuvo un affaire.

Para hacer las cosas más kosher, el verdadero nombre de la madre de Diana: Frances Shand Kydd, era Frances Ruth Burke Roche, una Rothschild. O sea que la hermosa princesa era judía de padre y madre, lo que hace que sus hijos sean ciento por ciento judíos, aunque para los judíos basta con que la madre lo sea, pues la herencia judía se transmite a través del vientre materno.

¿Pero acaso el judaísmo no es una religión? En realidad es más que eso, son las tradiciones, creencias, convicciones, leyes y costumbres del pueblo judío, pero se puede ser judío laico, ortodoxo, ateo, budista o cristiano. Más no se deja de ser judío. Basta con conocer un antisemita para constatarlo.

El pueblo judío, como se autoexplica, es “un pueblo”, descendiente de Abraham, Isaac, Jacob y sus hijos, a los que Dios eligió. De manera que hay una continuidad genética que es fácilmente verificable a través de un simple examen de ADN.

Toda esta trama judeo-británica se torna más fascinante con el nacimiento del principito (mi sobrino-nieto) pues su madre, Kate Middleton, Duquesa de Cambridge —según nada menos que el corresponsal de la BBC ante la Corte Real, Michael Cole, quien hizo exhaustivos estudios genealógicos sobre su familia— es ciento por ciento judía.

Carole Middleton, la madre de Kate, es hija de Ronald Goldsmith (nada que ver con el banquero) y Dorothy Harrison; ambos judíos. Los padres de Dorothy fueron: Robert Harrison y Elizabeth Temple, los dos judíos. Y Elizabeth era descendiente de los Myers, una distinguida familia judía del siglo XIX.

En fin, ¡Lejaim! por el recién nacido y sus padres. Me gustaría estar presente en su circuncisión, pero esas son cosas que mis familiares, como dije, celebran en secreto. El autor es analista político boliviano. ©FIRMAS PRESS.


Opinión El Principito judío archivo

COMENTARIOS

  1. carlos Israel Mérida
    Hace 11 años

    Sr, Brechner,muy interesante su artículo y supongo que siendo”vos quien sois” la veracidad de sus comentarios no admiten duda
    Voy a indagar de todas formas para mi mayor tranquilidad
    Le Jaim Sr.BRECHNER

  2. El chismoso
    Hace 11 años

    Y que anda haciendo desperdigado este de “origen real” revuelto con el indio Evo? Por que no nos habla de si el padre de Evo es o fue un importante y poderoso cacique?

    Los chisme estan buenos, son de categoria.

  3. Edwin
    Hace 11 años

    Interesante articulo. Pero Judios no son una raza si no un grupo etnoreligioso y lo encuentro tonto escuchar decir que se puede ser judio ateo. Interesante saber que Kate es judia ya que bajo la ley judia si la madre tiene desendencia judia sus hijos seran judios. Debido a la informacion genetica transferida por via de la mitocondria. Mitocondria del padre no tiene nada que ver. En todo caso si tus referencias son reales pues el principito es judio bajo la ley judia.

  4. ricardo rodriguez
    Hace 11 años

    Interesante articulo de verdad y no no es de extranarse la relacion judia,ellos estan donde esta el poder y el dinero,lo lamentable es que una sociedad sea tan tolerante con una bola de mantenidos que viven todo lujo a cambio ……de que ? Que aportan a la sociedad ? A Edwin le digo que no se asombre de un ateo judio, Karl Mark creador del marxismo fue judio,Joseph Stailin fue judio y fue peor que Hitler no se terminan de contabilizar los millones de rusos que extermino.

  5. alvaro caldera cardenal
    Hace 11 años

    Judio fueron Jesús y María y José, y??????????????????????????
    El hecho que los hayan discriminado, vilipendiado y aborrecido los Alemanes y los romanos, no quiere decir que sean menos que nadie.
    Son tan humanos como usted o como yo.
    Así como se aprende a odiar, debería de comenzar por quererse a sí mismo, y querer a los demás.

  6. C.A.
    Hace 11 años

    Ricardo Rodriguez: La Monarquía no son bola de mantenidos. Ellos aportan mas dinero al gobierno que el gobierno a la monarquía. La familia real esta altamente comprometida al pueblo británico el cual realiza muchos servicios ante la población. Entiendo que un nicaragüense no se identifique con la monarquía, pero ellos son parte de la historia y cultura británica y hay que respetar. Ese de creer que todo tiene que ser república no tiene lugar en este mundo diverso.

  7. La Colacha C. Vía
    Hace 11 años

    Yo no termino de entender para qué amputan a los niños con lo que llaman “circuncisión”. La Naturaleza es sabia y sumamente económica. Ella jamas pone ni siquiera un pelo o una hoja de sobra. Todo tiene sus funciones. El hecho de que nosotros a veces no entendamos la razón de la existencia de un órgano, no significa que no tenga una función. Amputarle a un niño es arrogarse el derecho de pensar que Dios se equivocó. No toda tradición antigua es correcta.

  8. Luis Mena
    Hace 11 años

    Los ricos están arriba y los pobres están abajo, yo soy de línea directa del rey Nicarao, los españoles no trajeron mujeres por 100 años y nacieron muchos mezclados y a pesar de ser mezclado me circuncidaron, no me amputaron,(desaparecer el pene) y jamás tuve enfermedad venérea, sabiduría judía y también saben porque tienes solo hijas mujeres y que hacer para tener varón, sabiduría de los pueblos del desierto.

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