San José/ACAN-EFE
El aumento imparable de casos de insuficiencia renal crónica (IRC) entre los trabajadores agrícolas del Pacífico norte de Costa Rica llevó hoy al opositor partido Acción Ciudadana (PAC) a solicitarle hoy al Gobierno que declare emergencia sanitaria en la provincia de Guanacaste.
La diputada del PAC, Yolanda Acuña, dijo en rueda de prensa que es urgente una intervención de las autoridades por la situación de salud y de vulnerabilidad social que enfrentan los principales afectados por este mal, pues en muchos casos son despedidos de sus trabajos debido a su enfermedad.
En la provincia de Guanacaste miles de personas se dedican al cultivo y cosecha de caña de azúcar, la principal actividad relacionada con la IRC en Centroamérica. Datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) indican que en esa provincia el promedio de hospitalizaciones por males renales es de 112,9 por cada 100,000 habitantes, triplicando así resto del país, y que la mortalidad de hombres en Guanacaste por IRC por es cinco veces mayor al del resto del territorio.
El perfil del paciente es muy claro, según el epidemiólogo Roy Wong: “hombres jóvenes, menores de 50 años, trabajadores agrícolas en condición de pobreza y son patologías asociadas a enfermedad renal, como diabetes o presión alta”.
El promedio de pacientes con IRC en Costa Rica es de 5 por cada 10,000 habitantes, pero en Guanacaste, donde se ubican la mayoría de plantaciones de caña de azúcar, la cifra se eleva a 45 por cada 10,000, es decir, la incidencia en esta zona es nueve veces mayor al promedio del país.
Acuña denunció que las empresas productoras de caña de azúcar y sus contratistas están al tanto de la situación de riesgo en que se encuentran estos peones, a tal punto que aplican análisis clínicos (función renal y de sangre), para controlar el estado de salud de los trabajadores.
“Cuando alcanzan índices considerados de riesgo son despedidos sin ninguna responsabilidad, sin un seguro y sin posibilidad de atención médica”, resaltó la legisladora. Wong, quien dirige un estudio sobre la IRC en la zona, explicó que la medicina aun no ha definido la causa de esta enfermedad en Costa Rica y en Centroamérica, pero que se ha comprobado que está relacionada con las condiciones de trabajo de estas personas.
“Los trabajadores de caña laboran largas y extenuantes jornadas a altísimas temperaturas, muchas veces sin la hidratación necesaria, a veces están expuestos a agroquímicos y a grandes esfuerzos musculares”, apuntó. Para Wong, es alarmante que la mayoría de enfermos son personas jóvenes y sin patologías asociadas como la diabetes y la hipertensión.
En 20 años se han documentado en Centroamérica más de 20,000 casos de IRC, lo que ha encendido las alarmas entre la comunidad científica y las autoridades de salud.
Las únicas curas para esta enfermedad, que puede matar a un paciente en menos de dos años, son una diálisis (filtración de la sangre para extraer las toxinas) o un trasplante de riñón, ambos tratamientos de muy difícil acceso para poblaciones pobres como los peones agrícolas Por esa razón, el PAC presentará hoy una moción para que el Congreso investigue la situación de la IRC y además pidió a la presidenta del país,Laura Chinchilla, que instruya al ministerio de Trabajo y al de Salud, para ejercer mejores controles sobre esta población.