Con la obra El rastro del grupo Acento Escénica de El Salvador terminó el XVII Festival Internacional de Teatro. La actuación dramática de Victoria Godoy logró estremecer y sensibilizar al público al poner en escenas diálogos que denuncian las agresiones contra la niñez.
Su guión pone en las tablas un desgarrador testimonio que aborda el tema de la violencia de género, una niña abusada sexualmente, que después de años de violencia decide hacer justicia contra su captor.
Con siete países participantes y figuras destacadas del teatro internacional como Arístides Vargas, Charo Frances, Zaide Silvia Gutiérrez, la compañía española Ron Lala, este festival mantuvo una calidad extraordinaria en todas sus funciones.
A ese nivel estuvo el teatro nicaragüense con la excelente presentación de La Frontera, del Justo Rufino Garay, Guachipilín, el grupo Teuca y el Club del Clown.
RECLAMO
En el acto de clausura Lucero Millán, presidenta del festival, agradeció a todos el respaldo a este evento internacional, reconoció la labor cultural de LA PRENSA con su cobertura exclusiva de todas las noches del festival; y de nuevo insistió que durante 17 años el Estado nunca ha brindado su apoyo a esta festividad teatral.
Es gracias al empeño de este grupo y la empresa privada que Nicaragua puede tener la oportunidad de disfrutar lo mejor de las tablas cada año. Es justo y necesario que se ofrezca un presupuesto para que sigamos teniendo festivales internacionales en los años venideros.
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