Honduras/AP
El presidente Porfirio Lobo recibió ayer un informe divulgado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que señala que las cárceles de Honduras están prácticamente bajo el control de los presos, y que “los reclusos no se escapan porque prefieren no romper el equilibrio (en las prisiones), ya que si decidieran hacerlo ni toda la policía (de 14,000 agentes) podría impedírselos”.
756 muertes de prisioneros se registraron en los centros penales entre 2006 y 2012. De ellas, 641 fueron violentas. Ninguno de esos casos ha sido aclarado por las autoridades.
361 reos murieron en febrero de 2012 en un incendio en una cárcel de Comayagua. Otras dos cárceles se quemaron en 2003 y 2004, y se registraron 120 muertos.
19.3 millones de dólares fue el presupuesto asignado por el Gobierno para la gestión penitenciaria en 2012. El 83 por ciento fue destinado a sueldos de personal. El sueldo promedio de un guardia de prisiones es de 333 dólares mensuales. El 15 por ciento destinado a la alimentación.
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Bonilla aseguró, en una rueda de prensa conjunta con el jefe de la Guardia de Honor Presidencial, Andrés Felipe Díaz, que esos ataques no pondrán de “rodillas o de brazos cruzados” a las autoridades, que enfrentarán a los supuestos conspiradores “sin temor”.
La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas iniciaron una operación para dar con los responsables del lanzamiento de la bomba desde un carro en marcha, y que no causó víctimas ni daños materiales.
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“La situación de abandono en la que los gobiernos han mantenido el sistema penitenciario ha traído como consecuencia la delegación de facto de la administración de las cárceles en los propios privados de libertad por medio de la figura de los coordinadores”, indicó el informe.
Para que esa situación no continúe, Rodrigo Escobar Gil, relator sobre Derechos de las Personas Privadas de Libertad de la CIDH, instó al Gobierno a “retomar de manera progresiva, pero irreversible, el control efectivo de todos los establecimientos penitenciarios”.
El informe destacó que incluso las sanciones disciplinarias a los reclusos son aplicadas por los coordinadores, que son los jefes de los recintos elegidos cada cierto tiempo por los presos. De acuerdo con el documento, la mayoría de las quejas que recibe la autoridad judicial son contra los coordinadores por agredir físicamente a los internos, lo que ocurre “a la vista y paciencia de los policías penitenciarios”. Detalló que las autoridades penitenciarias “no tienen ninguna potestad para cambiar nada” en los centros penales.
SUPERPOBLACIÓN
La superpoblación en las prisiones genera constantes reyertas, fugas, motines, incendios y otros incidentes con desenlaces trágicos. Gran parte de la sobrepoblación es por fallas en el sistema judicial, debido a que la mitad de los presos está en espera de juicio.
El médico forense Dennis Castro manifestó que las “cárceles de Honduras son cuevas donde se almacenan seres humanos”.
Una fuente de la misión de la CIDH manifestó que Lobo, quien por 45 minutos recibió en su residencia particular a la comisión de la CIDH, se comprometió con el relator a resolver lo antes posible el asunto relacionado con el dinero que se asigna a diario para la alimentación de los privados de libertad.
El presupuesto para la comida de los reos se ha reducido por decisión de la Secretaría de Seguridad, según la ministra de Justicia y Derechos Humanos, acotó el informante.
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