Pan y amor para niñez
Un delicioso desayuno le da la bienvenida cada día a los pequeños estudiantes del Centro Escolar Pan y Amor, quienes después de saciar su apetito inician con entusiasmo sus actividades escolares.
Carla Torres Solórzano
Un delicioso desayuno le da la bienvenida cada día a los pequeños estudiantes del Centro Escolar Pan y Amor, quienes después de saciar su apetito inician con entusiasmo sus actividades escolares.
Charlotte de Somarriba, presidente fundadora de la Asociación Pan y Amor, asegura que el centro inició en el año 2000 como un comedor infantil con cuarenta niños, con el tiempo se fueron sumando más y se vio la necesidad de darles también el pan de la enseñanza.
“Nunca hemos pensado que la pobreza se puede apoyar con solamente comer. La educación es la que va a sacar al niño de la pobreza”, dijo Somarriba.
Actualmente el centro ofrece las modalidades de preescolar, primaria, secundaria y educación técnica, con el objetivo de brindarle a los estudiantes las oportunidades de aprender un oficio o seguir estudiando para obtener una profesión.
Somarriba explicó que los estudiantes gracias al apoyo de algunas empresas privadas y organizaciones reciben desayuno, almuerzo y dos meriendas al día, así como dinero para su transporte e incluso zapatos y uniformes para quienes lo necesitan.
DESDE MIAMI
Cada año el colegio recibe la visita de voluntarios de la Fundación Manos del Sur de Miami, quienes apoyan a los estudiantes en reforzamiento académico, actividades culturales y deportivas.
Paulina Montes, presidente de dicha organización asegura que desde hace ocho años se realizan las visitas en Nicaragua y han sido experiencias de crecimiento personal para los voluntarios.
“Los jóvenes aprovechan sus vacaciones escolares para viajar y compartir con los niños. El único requisito es que hablen español, la mayoría son de origen latino”, dijo Montes.
Las visitas se realizan dos veces al año durante los meses de julio y agosto.
Actualmente hay un grupo de 22 jovencitas que durante una semana, interactúan con los estudiantes e incluso visitaron sus hogares dentro del mercado para ver su forma de vida y cómo apoyarlos.
“Ellos salen admirados de la pobreza en que viven y cómo siempre están sonrientes”, dijo Montes.
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