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La Prensa/J. Flores

Derroche de talento por la niñez

Derroche de talento por la niñez. Un colorido espectáculo de la danza nicaragüense, música y marimba ofreció el Ballet Folklórico Nicaragüense Azul, en el Teatro Manuel Artime, en la ciudad de Miami, unidos por una causa, calzar pies descalzos, alimentar y proveer útiles escolares a niños que viven en extrema pobreza en Nicaragua.

Judith Flores

Corresponsal / Miami

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Un colorido espectáculo de la danza nicaragüense, música y marimba ofreció el Ballet Folklórico Nicaragüense Azul, en el Teatro Manuel Artime, en la ciudad de Miami, unidos por una causa, calzar pies descalzos, alimentar y proveer útiles escolares a niños que viven en extrema pobreza en Nicaragua.

Los fondos recaudados a través del evento “Una danza por la niñez”, serán destinados a Festiniños, en Nicaragua.

La conexión entre la concurrencia y artistas participantes de la categoría de Juan Solórzano, Lya Barrioz, Silvio Sotomayor, Trío los ruiseñores y los integrantes del Ballet, fue entrega total. El teatro lució lleno, el público ovacionó con vivas, aplausos y los artistas respondían dando todo de sí, una entrega y conexión pocas veces vista en un escenario, un reflejo de añoranza por la tierra, las raíces y amor por la patria.

El Ballet Folklórico Nicaragüense Azul, dedicó su primer aniversario a la causa benéfica Festiniños, que promueve la organización Vida Visible, cuyo propósito es evangelizar a la niñez nicaragüense y contribuir a suplir necesidades básicas como alimentos, calzado, vestuario y útiles escolares, convencidos que la educación es la herramienta fundamental para el futuro de las familias y el país.

Yezzenia Watler Downs, directora de Ballet Azul, recordó cómo nació ese grupo artístico que hoy cuenta con 20 integrantes, ella y sus amigas Lidia Solórzano y María Cecilia Cordero, profesionales de la danza, degustaban una sopa y en la conversación surgió la nostalgia por el baile, una práctica realizada por muchos años en Nicaragua, decidieron crear el grupo con el propósito de danzar para ayudar a otros.

“Muchos de los bailarines son profesionales de la danza que pertenecían a reconocidos grupos en Nicaragua y hoy residimos en Miami, otros son amateur, jóvenes profesionales de origen nicaragüense que donan tiempo, recursos y su talento para pertenecer al ballet y contribuir a causas benéficas”.

José Luis Luna, representante de Vida Visible, hizo entrega de dos reconocimientos a Ballet Azul, agradeció a los organizadores y al público por el apoyo a Festiniños.

“Se trata de llevarle apoyo a los niños que no usan zapatos, que comen una sola vez al día, que trabajan para poder sobrevivir, hacemos nuestro mayor esfuerzo y cada año compartimos con ellos comida, ropa y momentos de esperanza, quiero agradecer a Dios por la oportunidad, y a Ballet Azul por el trabajo por la niñez nicaragüense”.

Del compositor Rafael Gastón Pérez, Lya Barrioz, interpretó Sinceridad, y Almohada del compositor Adán Torres. Juan Solórzano, con su guitarra, su picardía y al son de “Palomita guasiruca”, emocionó al público. Lya y Juan viajaron de Nicaragua para apoyar la causa benéfica y dar realce al evento.

La meta de Azul es seguir creciendo como grupo y continuar apoyando causas benéficas bajo el lema “danzar para ayudar”.

Nacionales Danza niñez archivo

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