GERALDINA GONZÁLEZ C.
Con apenas 18 años, Andrés experimentó por primera vez el amor. Por casi tres años compartió junto con Gabriela una bonita relación. Ahora él tiene 21 años y el tiempo que compartió con ella forma parte de los más gratos recuerdos de ese sentimiento que, aunque llegó a su fin, fue de los más sinceros que él ha experimentado.
Hoy, luego de un tiempo de estar soltero, Andrés acepta haber entregado su corazón con sinceridad en la relación, y aunque en el momento de la ruptura no comprendía bien el porqué, al poco tiempo continuó con su vida normal.
Como seres humanos, tanto hombres como mujeres experimentamos de igual manera los sentimientos y las emociones. Lo que varía es cómo los expresamos.
Para la psicóloga Cristian Padilla, la limitación en la expresión de los sentimientos de los hombres está condicionada por los esquemas impuestos por la sociedad, pues al hombre se le ha enseñado a reprimir sus emociones y sentimientos y a vivirlos internamente, lo cual podría crear la idea errónea de que ellos aman menos.
Según Padilla, “la educación recibida y el entorno en que se ha desarrollado también influyen en la forma en que el hombre expresa sus sentimientos”.
Al igual que nos sucede a nosotras, ellos también experimentan nervios o emoción al ver a la dama de sus sueños, piensan en algún día formar una familia junto a la mujer que aman, y por consecuencia también sufren al momento de una ruptura amorosa. Sin embargo, expresan estas situaciones de una manera muy diferente.
De acuerdo con la psicóloga Ledia Gutiérrez, el hombre vive el enamoramiento de una manera más pasional, pues prefiere manifestar su amor más con hechos que con palabras y tiende a reclamar más presencia física porque necesita a la persona amada, pero con un sentido de propiedad. “Por eso es que es más común escuchar a un hombre decir mi mujer. En cambio, ella no dice mi hombre”, explica.
Para Andrés, expresar todo el amor que sentía por Gabriela no representaba un problema, pues procuraba compartir el mayor tiempo posible con ella y le gustaba demostrar que era ella la dueña de ese sentimiento que prevalecía en esa etapa de su vida.
Las diferencias de expresión de los sentimientos están marcadas entre hombres y mujeres. Según la psicóloga Gutiérrez, para la mujer es necesario hablar con la pareja y que él le hable; no obstante, para el hombre el silencio es importante, incluso durante la relación sexual.
“Mientras están en la relación coital el hombre está más enfocado en su disfrute sexual; en cambio, la mujer espera frases de amor, que le digan te amo. Igual en el período refractario, la mujer espera aprobación, frases, promesas”, explica Gutiérrez.
El ideal de mujer
Así como nosotras tenemos un prototipo y gusto definido, los hombres también tienen un modelo de cómo debería ser la dama con quien compartirán el día a día, y lo que esperan de ella. Esto puede variar en dependencia del ambiente en que haya crecido y de la madurez con que afronte la relación.
De acuerdo con la psicóloga Cristian Padilla, cuando un hombre considera entablar una relación seria con una mujer, espera de ella respeto, confianza, lealtad y amor. Esto dependerá de la madurez emocional con que el hombre viva la relación de pareja.
Por otra parte, Gutiérrez sostiene que además el hombre espera entrega por parte de la mujer, considerándola de su propiedad en términos tanto culturales como pasionales, que ella esté sabida que se debe a él.
Este sentido de propiedad puede contribuir a la seguridad del hombre, al sentir que su pareja le pertenece.
¿Sufren por amor?
Debido a nuestra condición de seres humanos, así como hombre y mujeres experimentamos las mismas sensaciones al enamorarnos, igual sucede cuando esa relación por la que hemos luchado durante algún tiempo llega a su fin.
Sí. A ellos también se les rompe el corazón, y pueden sentir tanta o más tristeza que nosotras, pero no lo manifiestan con la misma libertad y de hecho, se reponen de la ruptura en menor tiempo.
Cuando Andrés y Gabriela comenzaron a notar las diferencias que venían teniendo desde hace algún tiempo, decidieron que lo mejor era continuar sus vidas por distintos caminos. Para Andrés fue una decisión difícil, pues en verdad amaba a Gabriela.
A los pocos días de la ruptura ambos coincidieron en un lugar y para él no fue fácil disimular la tristeza que sentía por lo ocurrido. Sin embargo, poco después comprendió que eso era lo mejor para ambos y una semana después continuó con su vida cotidiana, lo cual no significaba que su amor hubiera desaparecido, tan solo decidió vivir ese duelo internamente.
Según la psicóloga Cristian Padilla, aunque se sabe que quien toma la iniciativa de terminar una relación es el que está más preparado para enfrentar la separación, hay que tomar en cuenta la educación y la personalidad de un individuo para determinar la facilidad que tenga para enfrentar este tipo de situaciones.
La psicóloga Ledia Gutiérrez comparte que hombres y mujeres somos seres humanos de corazón amoroso, que amamos y sufrimos de la misma forma.
Sin embargo, “el hombre disimula su sufrimiento y su ego herido, y se desahoga en el licor o con la compañía de otras mujeres, porque la misma sociedad se lo permite. En cambio, la mujer normalmente expresa su duelo a través del llanto”, explica Gutiérrez.
Después de cuatro meses de haber finalizado su relación, Andrés aún conserva todos los momentos que compartió con Gabriela, y a pesar de que en algún momento se sintió decaído, hoy disfruta cada momento de su vida y no descarta la posibilidad de empezar una nueva relación cuando sea el tiempo adecuado.