José Adán Aguerri
A propósito de la ratificación del salario mínimo del pasado 15 de agosto para el período agosto 2013-febrero 2014, queremos destacar que el sector privado formal que representamos, durante los últimos ocho años, ha estado comprometido de manera responsable con nuestros trabajadores. En el periodo abril 2005 a febrero 2014 hemos negociado incrementos de salario mínimo promedio por un acumulado de 212 por ciento logrando incluso en los últimos cinco años acuerdos tripartitos. Este incremento sino es el mayor de la región centroamericana es uno de los mayores durante este período.
Esto se ha traducido en mayor generación de empleo formal en ese mismo periodo, lo que vemos reflejado en un incremento de 319,100 nuevos afiliados en el INSS entre 2005 y julio de 2013 (eran 348,300 afiliados en promedio al 31 de diciembre de 2004 vs. 667,400 al 31 de julio del 2013). Esto refleja un crecimiento porcentual en el número de afiliados de 92 por ciento en ese periodo.
Sin embargo, estamos conscientes, que este es un tema muy complejo que no podemos dimensionarlo únicamente con la recuperación de la capacidad adquisitiva de los aproximadamente 227 mil beneficiarios a septiembre 2012 según cifras del Mitrab. Los beneficiarios directos de esta negociación representan solamente el 7 por ciento de la Población Económicamente Activa en el país.
Como Cosep hemos venido señalando que este esquema de negociación en donde se utilizan como criterios únicamente la sumatoria del crecimiento económico y la tasa de inflación no es sostenible. Este esquema, en algunos sectores como construcción y vigilancia, al no estar vinculado a variables de mercado, ya está provocando reducción de la formalidad y distorsiones en las escalas salariales que desmotivan la mano de obra calificada.
Es por esto que estamos convencidos que se deben involucrar otras variables como son la preservación del empleo formal existente, la generación de nuevo empleo formal (tenemos que abordar los problemas del subempleo y desempleo), la competitividad del país y la productividad laboral que no debe seguir siendo afectada por la indexación generalizada de salarios que surge de la Ley de Salario Mínimo al estar esta ley divorciada de la productividad del trabajo.
En el caso particular de Zonas Francas debemos subrayar que los acuerdos salariales multianuales alcanzados han tomado en cuenta cada una de las variables que hemos descrito superando así las limitaciones que la propia ley establece resultando un marco salarial que ha promovido con efectividad la estabilidad, la atracción de nuevas inversiones y por ende el crecimiento del sector.
Dado el lento crecimiento de la economía mundial, un entorno internacional complicado y ante la caída de los precios internacionales de nuestros productos de exportación, desde Cosep hemos venido planteando la necesidad de trasladar el esquema de acuerdo salarial multianual de zona franca al resto de sectores de la economía para generar las condiciones que permitan también a estos sectores estimular la inversión, generar estabilidad y promover nuevo empleo, ser más competitivos y alcanzar mayores niveles de productividad laboral.
La legislación laboral debe defender el derecho de los trabajadores, pero no puede desentenderse de la evolución de la productividad del trabajo. En este escenario se plantea la necesidad de discutir y consensuar una reforma de la vigente Ley de Salario Mínimo.
Es importante destacar que la productividad laboral aumenta con mejor educación y capacitación, mejores formas de organización de la producción, adopción de tecnologías modernas, inversión en capital productivo renovado, mejor infraestructura y servicios públicos, gasto público más efectivo, y acceso al financiamiento en condiciones más ventajosas, entre otras. Estas son las acciones que debemos todos los actores económicos impulsar y respaldar.
Debemos seguir apostando en Nicaragua a la negociación de Acuerdos Multianuales de Salario Mínimo para todos los sectores con incrementos que tomen en cuenta la productividad laboral y la competitividad de nuestra economía para generar más empleos, formalidad y ser más atractivos a las inversiones.
El autor es presidente del Cosep
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