Félix Rivera y Julio Portocarrero
En una visita que realizó a Jinotega Roberto Araquistain, viceministro del Marena, aseguró que un veinte por ciento del área núcleo de la reserva de Bosawas posee daños “bien graves”.
“Se ha dañado el corazón de este pulmón de Centroamérica”, apuntó el funcionario gubernamental, quien comentó además que están investigando a treinta abogados por haber escriturado buena cantidad de hectáreas de tierras a favor de integrantes de los frentes de colonizadores que acechan la reserva.
Sin embargo, la acción de los depredadores de Bosawas ha sido frenada por el Batallón Ecológico, que ha dispuesto el Ejército Nacional y que en estos días han sido reforzados por policías, sobre todo en el Triángulo Minero, señaló Araquistain.
El funcionario gubernamental llegó este fin de semana a la Ciudad de Las Brumas, para evaluar un programa de reforestación en la degradada y deforestada cuenca del río Viejo.
URGE VOLUNTAD POLÍTICA
Pero ¿cómo contrarrestar esta situación? Según el ecólogo Fabio Buitrago, mientras no exista voluntad política esto no se va a solucionar.
“Existen intereses en todos los niveles. Mientras existan intereses madereros, por las tierras y la agricultura, de nada sirve cualquier acción que hagamos mientras no venga una orden vertical desde la Presidencia de la República”, comenta.
Para el ecólogo el hecho de que se esté arrasando con el corazón de Bosawas significa que se está perdiendo parte del patrimonio natural de Nicaragua, así como el sitio en que se capta la mayor cantidad de agua en un solo bloque en todo el país.
“Estamos perdiendo lugares en los que existen etnias indígenas que han tenido una relación histórica con los recursos naturales”, lamenta Buitrago.
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