Rezaye Álvarez M. y José Garth
Decir que el veinte por ciento de la zona núcleo de la reserva de biosfera Bosawas está perdida, es según Víctor Campos, subdirector del Centro Humboldt, “una estimación muy conservadora” del viceministro de Ambiente y Recursos Naturales, Roberto Araquistain.
Una opinión similar tiene Sebastián Lino, presidente del Gobierno Territorial Indígena Mayangna Sauni As, quien afirmó que el deterioro del medioambiente en la reserva es alarmante y no ha habido ninguna respuesta de parte de las autoridades para solucionarlo.
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Según Jaime Incer Barquero, presidente de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Sostenible (Fundenic-SOS) la destrucción en la zona núcleo se ha incrementado en los últimos dos años y se intensificó con la invasión de colonos y el comercio ilegal de tierras “en complicidad con las autoridades locales”.
Según Lino, los indígenas autóctonos esperaban ver el actuar de las autoridades “pero hoy en día no hay ningún resultado”.
Para Campos, el tema de Bosawas es “cíclico”, sin embargo, los planes para frenar la entrada de más colonos “deben hacerse ahora y estos deben tomar en cuenta a todas las organizaciones de gobierno para que haya una coordinación”.
BATALLÓN ECOLÓGICO ACTIVO
El Teniente Coronel Marvin Paniagua, jefe del Batallón Ecológico (BECO) , declaró que han golpeado el abigeo y el tráfico de madera.
Informó que en días pasados lograron evitar el ingreso de 68 semovientes que habían sido introducidos en áreas de amortiguamiento de la reserva.
Producto de los operativos también se logró la incineración de 145,733 plantas de marihuana y la ocupación de 52 libras de la misma yerba, listas para su tráfico.
En total el BECO ha realizado 1,785 servicios operativos, con 8,925 acciones militares, de cuyos resultados también se destacan la incautación de 59 armas ilegales, así como la captura de 55 delincuentes, que fueron entregados a la Policía Nacional.
También destacan que en los puntos de control forestal se han retenido y enviado de regreso a su lugar de origen a 98 familias, que corresponden a 460 personas que pretendían asentarse en la reserva.
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