Estudios de la psicóloga alemana Heike Baum, especialista en educación infantil, confirmaron que los niños están continuamente dispuestos a medir sus fuerzas a partir de los 4 años.
En casos como estos, Baum sugiere a los padres que consensuen un reglamento familiar que va a regir desde ese momento y donde los hermanos contrincantes deben aceptar aprender a controlar mejor sus fuerzas. Para negociar dichas reglas aconseja a la familia que se reúnan todos alrededor de la mesa y que cada uno exprese qué es lo que más le molesta durante las disputas y conflictos.
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