EMILIANO CHAMORRO
La vida y testimonio de San Pío de Pietrelcina ha marcado la vida de millones de personas en el mundo, y Nicaragua no es la excepción, dado que en vida y a través de sus estigmas marcados en su cuerpo lo unieron al Resucitado.
“Para mí el testimonio del padre Pío es ejemplo de amor, de fe y entrega al más necesitado, él se especializó en las personas enfermas espiritualmente, sanándolas a través de la confesión y la oración; y a los enfermos físicos a través de hospitales, que con ayuda de los laicos pudo abrir en su época”, dice Lorena Argüello, fiel devota de San Pío, canonizado por el papa Juan Pablo II.
Para el sacerdote Mauricio Romero, párroco de Monte Tabor, el padre Pío es uno de los santos más queridos en el mundo por su testimonio de entrega a Dios y de amor a su prójimo.
Las llagas en sus manos, en sus pies, y en el costado de su pecho eran permanentes, sangraban y no cicatrizaban, no supuraban, ni coagulaban.
El padre Mauricio Romero, explicó que el padre Pío durante su vida recibió el don de la bilocación que es la posibilidad milagrosa de estar en dos sitios a la vez.
El padre Pío también tenía el don de lenguas, por el cual podía darse a entender en diferentes idiomas, aunque nunca los hubiera aprendido; podía ver el corazón de los fieles, sus pecados y su arrepentimientos; curar enfermos. Amó incansablemente hasta las últimas consecuencias a Cristo.
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“El padre Pío fue un hombre todo hecho oración y que la Iglesia nos propone imitar sus virtudes, la fe, la caridad, la esperanza y un ejemplo de santidad a seguir, un ejemplo que lo hacemos realidad a través de los grupos de oración acá en la parroquia”, aseguró el sacerdote.
Según el padre Romero, una de las cosas que más le impacta de la vida del padre Pío es la obediencia incondicional del santo a la Iglesia, pese al dolor humano y la indiferencia que sufrió.
“Una de las cosas que los cristianos debemos imitar del padre Pío es la fidelidad a la Iglesia. El padre Pío nunca criticó a la Iglesia y como hijo de la Iglesia se sintió uno con su fidelidad. Otra cosa es su vida de entrega a los pobres, él mismo vivió su vida en pobreza. Su vida fue de oración. Es un verdadero modelo de santidad que estamos llamados a imitar”, reitera el párroco de Monte Tabor.
LEVANTARÁN IMAGEN
El padre Romero también informó que en diciembre próximo se levantará una imagen de más de dos metros en homenaje al padre Pío, y que será ubicado en la parroquia de Monte Tabor.
LAS FIESTAS
La parroquia de Monte Tabor también organiza una semana de diversas actividades para celebrar las fiestas dedicadas a San Pío, quien falleció un 23 de septiembre de 1968. Las actividades están previstas para desarrollarse del 12 al 23 de septiembre. “Iniciaremos con una novena, con jornadas de oración con procesión, en fin habrá mucha actividad para recordar a ese gran santo que dio su vida por Dios y su prójimo”, invitó el sacerdote.
La actividad central de la fiesta al padre Pío es el 23 de septiembre, celebrada por la parroquia Monte Tabor y el Benemérito Cuerpo de Bomberos, que lo han acogido como su santo patrono. La procesión sale del cuartel de los Bomberos ubicados en los alrededores del Hospital Bautista, luego sigue la procesión hacia los Bomberos que están frente al Estadio Nacional, para luego pasar frente al Hospital Vélez Paiz y a través de oraciones y la imagen del santo bendecir a los enfermos. La procesión culmina con la llegada de la imagen a la parroquia.
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