Lucía Navas
Las políticas que buscan reducir la pobreza en los países como en América Latina deben basarse en lo que realmente necesita la gente que vive en esa condición. Tendrían mayor efectividad. Este es el pensamiento de la doctora Sabina Alkire, directora de la Iniciativa Oxford para la Pobreza y el Desarrollo Humano (OPHI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Oxford, quien está en Nicaragua para participar en la Conferencia Internacional sobre Desarrollo Humano y Enfoque de Capacidades, HDCA 2013.
Alkire junto con James Foster, profesor de la George Washington University, es creadora de lo que ya se valora como una de las más grandes contribuciones al desarrollo humano: el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), metodología de reflejar el grado de privación de las personas.
Cuando se habla de desarrollo humano se entiende como el acceso a agua, a educación, pero ¿cómo realmente se debe entender?
Tradicionalmente muchos países dicen que la meta del desarrollo es el crecimiento del PIB, del crecimiento per cápita, y según muchos expertos, incluso en América Latina, sea en la Teología de la Liberación, las escuelas de Filosofía, piensan que nuestra meta del desarrollo debe ser el florecimiento del ser humano, el bienestar en un nivel muy profundo que incluye las dimensiones materiales pero también las relaciones entre la gente, las cosas culturales, espirituales, la armonía con el medioambiente. Esta debe ser nuestra meta y la economía, la política pública deben servir a esta de manera más profunda.
En Nicaragua se destaca mucho la necesidad de avanzar en materia económica para lograr el desarrollo, pero ¿cómo se debe traducir eso en el bienestar real de la gente?
Es real eso porque hay países que han tenido éxito en el crecimiento económico, pero no en el espacio de la vida de las personas. Por ejemplo, la India ha tenido desde el año ochenta crecimiento fuerte del PIB y desde el tiempo de la liberalización de la economía tasas de crecimiento bastante fuertes. En julio de este año el profesor Amartya Sen (Premio Nobel de Economía 1998) publicó el libro Una gloria de incertidumbre: la India y las contradicciones entre ella, el cual comparte muchas estadísticas que muestran que el éxito en el espacio de crecimiento no se está traduciendo a la vida de la gente pobre. Por ejemplo, la India tiene la tasa mayor que Bangladesh, Nepal, Pakistán, de carencias en educación, salud, niñez. Bangladesh tiene un ingreso per cápita más bajo que la India, pero tiene menos pobreza multidimensional, es decir que el crecimiento es un objetivo que puede reducir la pobreza por ingreso pero no en las otras dimensiones (…) Hoy tenemos datos de los países en desarrollo que dicen que el crecimiento debe hacer mano a mano con las políticas sociales.
¿De qué hablamos? Aquí se cuestionan los programas de asistencialismo porque no ayudan a que los ingresos de la gente mejoren a largo plazo…
Nosotros en la Universidad de Oxford con otros colegas de muchos países estudiamos la pobreza multidimensional, porque en muchos casos se dice que la pobreza es la falta de ingresos, pero si hablas con la gente pobre en muchos países, incluso Nicaragua, dice que no solo es eso, también es que no tenemos educación, servicios de salud durante el parto, también la humillación… Hay diferentes caras de la pobreza, según la gente pobre. Pensamos que debemos medirlos poco a poco y que las metas de las políticas deben ser guiadas por la definición de la pobreza que tiene la gente pobre. Por ello tratamos de medir este tipo de pobreza multidemensional, y entonces las políticas públicas deben compartir con la gente servicios, educación, conocimiento y factores de producción.
¿Preguntar primero a la gente qué necesita?
Sí, porque ¿quiénes son los expertos reales en la pobreza? ¿Es el Banco Mundial o la gente pobre? Creo que es la gente pobre, entonces tenemos que entender su experiencia y su análisis, y no solo entenderlo sino hacer un diálogo con ellos para poder discutir. Se puede ir a varios pueblos y preguntar ¿quién se considera pobre?, sus carencias, y si ellos están dispuestos a hablar, agruparlos en grupos de mujeres, hombres, ancianos, jóvenes, lo que sea factible en el contexto y trabajar con las organizaciones y grupos locales que ya existen y conocen a la gente. Hacer este tipo de consultas antes de hacer una medición multidimensional de la pobreza.
¿Y cómo ve en materia de desarrollo humano a Nicaragua?
No soy experta en Nicaragua, vine aquí para aprender.
¿Qué tan importante es invertir tu presupuesto en la gente?
Esto sí es importante (…) significa la prioridad que da el Gobierno a este tipo de programas. Nosotros no argumentamos en contra de la línea de ingresos ni de programas que ayuden al crecimiento económico, esas son decisiones gubernamentales, pero a la par de eso hay que complementarlos con programas multidimensionales.
Nicaragua sigue siendo el segundo país más pobre de América Latina, pese a lo mucho que se ha invertido…
Dentro de Nicaragua habrán regiones, municipalidades, donde han podido alcanzar un nivel de desarrollo humano bastante fuerte y es importante mirarlos y entenderlos, porque da motivación a otras municipalidades que pueden ser iguales. Amartya Sen sobre la India menciona a varios Estados que aún cuando sufrían de altos niveles de pobreza han logrado reducirla tanto por ingreso como multidimensional.
¿Cuál ha sido la forma de hacerlo?
Es diferente entre los Estados. Por ejemplo en Kerala son los movimientos populares, especialmente de mujeres. Las mujeres tienen educación en Kerala, con los gobiernos populares hicieron que los gobiernos vieran las privaciones en salud y educación (…) Hay diferentes experiencias, pero lo importante en Nicaragua sería ver algunos ejemplos de éxito para que la agencia de la gente sea fortalecida, especialmente la mujer. Amartya Sen dice que no nos debemos ver nosotros mismos como víctimas de las políticas de desarrollo sino como actores de nuestros destinos.
El presidente del Banco Mundial ha puesto la meta que a corto plazo se logre reducir fuertemente la pobreza (al tres por ciento la población mundial que vive en pobreza extrema para el 2030), pero con las realidades de América Latina, ¿se podrá avanzar en ese sentido?
Yo creo que sí. El Banco Mundial, el presidente Jim Yong Kim tiene una visión de pobreza unidimensional, pobreza por ingresos, y él dice que podemos erradicarla. Está bien, nosotros no somos expertos. El año pasado hicimos un estudio en 22 países de todas las regiones del mundo, de todas las categorías: ingresos bajos, medios, con dos millones de personas y comparamos la tasa de reducción de la pobreza multidimensional y los tres países con niveles más rápidos de reducción de la pobreza fueron Nepal, Bangladesh y Rwanda . Los tres son países con ingresos bajos, tal vez sin estructuras gubernamentales muy fuertes, y Nepal y Bangladesh tienen movimientos populares bastantes fuertes, empoderamiento de la mujer bastante fuertes. Entonces, si ellos lo pudieron hacer creo que Nicaragua lo puede hacer (…) Esto sería posible verlo con estas tasas de reducción de la pobreza aguda dentro de 20 a 25 años en muchos países, creo que puede suceder esa reducción. Claro que requiere la voluntad política, las contribuciones de la sociedad, fuera del sector privado y del Gobierno, mucha gente necesita tener una meta. Si ves los indicadores de pobreza multidimensional como son desnutrición, falta de educación, podemos reducir estas dimensiones graves.
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