Chile/AP
Frente a la estatua de su padre, derrocado hace 40 años, la senadora Isabel Allende abogó ayer para que la verdad y la justicia permitan la reconciliación entre chilenos, distanciados desde la sublevación militar que en 1973 dio paso a una dictadura de 16 años que dejó un saldo oficial de 40,018 víctimas, 3,095 asesinadas por agentes represivos.
Salvador Allende, que llegó al poder con la ilusión de alcanzar el socialismo pacíficamente, prefirió suicidarse con el fusil que le regaló su amigo el presidente Fidel Castro, para no caer en manos de los golpistas.
Isabel opinó que su padre habría estado orgulloso al ver a decenas de miles de estudiantes que luchan pacíficamente por obtener una educación gratuita y de calidad, por el medioambiente, por la igualdad y en rechazo a la discriminación. Al término de su discurso, se escuchó el último mensaje de Allende que en una de sus partes dice: “Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”, momento en que Amaya, sobrina de Allende, no pudo contener las lágrimas y debió limpiarse la cara varias veces.
Los homenajes a Allende se iniciaron temprano, con una ceremonia ecuménica a la que asistieron autoridades de Gobierno y representantes de las Fuerzas Armadas. Decenas de personas acudieron a dejar flores a los pies de la estatua de Allende, en la esquina suroriente de la plaza de la Constitución, frente al lugar donde se ubicaban las oficinas de la Presidencia.
“Llegó la hora de la reconciliación entre todos los chilenos”, expresó el presidente Sebastián Piñera, al concluir la ceremonia ecuménica. Agregó que “no tenemos derecho como generación a traspasar a nuestros hijos y nietos los mismos odios y las mismas querellas que dividieron y tanto dolor causaron” aunque admitió que “sin verdad y sin justicia toda reconciliación se reconstruye no sobre roca sino sobre arena”.
Por la dictadura, solo se ha procesado a 263 sujetos, que están en etapa de condena ejecutoriada, en apelación o procesado. No más de 70 viven cómodamente en dos cárceles construidas especialmente para violadores de los derechos humanos.
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