“Cada día iba peor la violencia, porque no solo era verbal sino física. Y él así iba destruyéndome, cuando salí embarazada de mi segundo niño, tenía como cuatro meses de embarazo, cuando me metió una gran paliza que me dejó la cara deformada”, confió A.P.H.S, de 42 años, a LA PRENSA.
Ella pidió no ser identificada por temor a su agresor, del que huyó hace unos cuatro meses. Dice que por temor soportó violencia durante 16 años.
- MUJERES HUYEN DE “CALVARIO” DE AÑOS
“CALVARIO” DE AÑOS
ÁMBITOS 2
[/doap_box]
Ella es una de dos de las víctimas que relataron a LA PRENSA su calvario mientras convivieron con sus agresores. Ahora se ven obligadas a vivir errantes; una de ellas habita junto con sus hijos debajo de un árbol en un barrio de Managua. Al menos evitan ser parte de las estadísticas de los femicidios que ya suman 64 en lo que va del año, según la Red de Mujeres Contra la Violencia.
Para Martha Munguía, directora del centro Acción Ya, que brinda atención a víctimas de la violencia, esta situación ha creado lo que ella califica como fenómeno de “mujeres fugitivas”.
“Se está creando un fenómeno que es que las mujeres van a estar saliendo de sus casas a huir y a interrumpir el proceso de su vida, no pueden trabajar en lo que tenían, no pueden hacer uso del derecho de su vivienda, porque aunque no se las haya quitado legalmente el hombre, no pueden llegar”, explicó Munguía.
“La familia se desintegra porque realmente la mujer huye con sus hijos, y por andar huyendo tiene que dejar a los hijos en un lugar y ella irse para otro lado”, confió Munguía. Además estas mujeres al escapar dejan todos sus bienes.
Mientras en la Asamblea Nacional los diputados intentan reformar la Ley 779, Contra la Violencia Hacia Las Mujeres.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 A
