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Los empresarios y los negocios

Es un contrasentido criticar a los empresarios porque hacen negocios, y porque dialogan con el Gobierno para tratar de que haya en el país el mejor clima para invertir, producir y obtener ganancias. La misión de los empresarios es hacer negocios y obtener los máximos réditos, así como el interés de los trabajadores es recibir los mejores salarios posibles.

Nadie invierte su capital ni aplica su fuerza intelectual y física de trabajo, a cambio de nada. Las personas progresan materialmente y ascienden socialmente, solo cuando mejoran sus ingresos económicos, sean ganancias o salarios.

Esta es una verdad elemental que, sin embargo, con frecuencia se niega en Nicaragua, quizás porque la fracasada revolución sandinista de los años ochenta fomentó una mentalidad socialista ingenua. De manera que mucha gente cree que es malo que los empresarios hagan negocios y que se lucren de ellos. Pero enriquecerse no es indecoroso, lo malo es amasar dinero de manera ilegal o inmoral, como se formaron los capitalistas piñateros de Nicaragua.

Las dos obligaciones primordiales que tienen los empresarios son: una, lograr que sus empresas sean rentables, y la otra, hacer que sean competitivas. Las empresas que no producen beneficios ni son capaces de competir, simplemente quiebran, se arruinan y desaparecen.

El capitalismo de libre empresa tiene muchos defectos, sin duda, pero ha demostrado ser el mejor sistema económico de la historia. El capitalismo ha sido el único sistema económico capaz de producir riqueza masivamente, de crear empleos productivos, de impulsar el progreso tecnológico y científico, de pagar muchos impuestos para financiar los programas sociales, y de elevar el nivel de vida de la gente.

Por el contrario, el comunismo y el socialismo burocrático que han pretendido ser alternativa del capitalismo, lo que han hecho es arruinar la economía, empobrecer a la gente, frenar el desarrollo y el progreso y, de remate, imponer sistemas políticos totalitarios y autoritarios que han convertido a las personas en esclavos modernos. Únicamente el socialismo democrático, el cual logró desarrollarse en los países europeos nórdicos porque conservó el sistema económico capitalista, ha podido ser aceptable. Pero aún así, actualmente enfrenta graves problemas de sostenibilidad y permanencia.

Por otra parte, es falso que solo con el actual presidente inconstitucional Daniel Ortega, los empresarios o sus representantes han podido dialogar con el Gobierno para resolver problemas prácticos y consensuar leyes y medidas administrativas de interés y beneficio empresarial. Desde que comenzó la precaria democracia republicana de Nicaragua en abril de 1990, con el Gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro, hasta que terminó el mandato presidencial de don Enrique Bolaños en enero de 2007, hubo apertura de los gobiernos democráticos al diálogo y a la búsqueda de acuerdos con el sector empresarial —sin extorsiones de por medio—, pero también con los demás sectores sociales que no por carecer de capital son menos importantes que los empresarios.

Pero el hecho de que sea necesario y lógico que los empresarios se entiendan con los gobiernos, no significa que deban sustituir a los políticos y convertirse en cogobernantes y legisladores, pues su misma naturaleza los impulsa al afán de lucro y con este fin gobernarían y legislarían. Una corporación gubernamental de empresarios y burócratas autoritarios degenera inevitablemente en un régimen plutocrático y fascista, que gobierna en función del interés de los ricos y no de los pobres y de toda la sociedad.

Editorial Opinión Empresarios Negocios archivo

COMENTARIOS

  1. GUICAG
    Hace 11 años

    Sin ser anti-sistema, nadie puede negar que el capitalismo nos adiestra para rentabilizar cualquier actividad empresarial generadora de productos y servicios en el marco de una economía de mercado, pero cualquier proyecto económico debe contar con un respaldo institucional fraguado en el Estado de Derecho; de lo contrario, está condenado al fracaso, porque sólo esperan que el cerdo engorde para sacrificarlo. Luego vendrán las expropiaciones para favorecer a los acólitos del régimen.

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