César Úbeda Bravo
Para Mauricio Herdocia Sacasa está claro que Colombia ante la falta de argumentos jurídicos frente al fallo de La Haya de noviembre del 2012 donde Nicaragua obtuvo más de 90,000 kilómetros cuadrados en el Caribe, regresa a su vieja estrategia.
“Frente a la Comunidad Internacional, el presidente Santos sabe que su posición jurídica no solo es débil e insostenible, sino que afecta tremendamente la imagen del país y constituye una violación al Derecho internacional que ha intentado esconder bajo el eufemismo de ‘inaplicabilidad del fallo’ cuando todos sabemos que lo que busca es incumplirlo”, indicó el experto.
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“Es por ello que Colombia, consciente de esta vulnerabilidad de su posición jurídica, vuelve a su antigua estrategia de los años 70 y 80 buscando cómo involucrar a terceros Estados en respaldo a sus tesis. No es posible entender esta situación, sin volver la vista atrás a los Tratados que Colombia fue concertando con terceros para tratar de legitimar su inverosímil pretensión de establecer una muralla de contención en el meridiano 82”, señaló.
Durante el 68 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, tiene previsto entregar en Nueva York al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la denuncia sobre las supuestas aspiraciones expansionistas de Nicaragua en el Caribe por solicitar ante la CIJ que fije el rumbo exacto de su plataforma continental entre ambos países. Esta carta también sería firmada por Panamá y Costa Rica.
Acto político sin efecto
“El segundo eslabón de la estrategia colombiana que va a tener su ‘clímax’ es la presentación de una carta supuestamente firmada por tres países (Colombia, Panamá y Costa Rica) al secretario general de las Naciones Unidas. Sin embargo es un esfuerzo infructuoso”, expresó Herdocia Sacasa.
Recordó que Jamaica anunció que no firmará esa carta y Panamá, en un comunicado del viernes pasado, indicó que no cree que Nicaragua tenga fines expansionistas y que lo que quiere es proteger sus derechos eventuales, cuestión que Nicaragua ha garantizado plenamente pues ha dejado claro que su pretensión salva expresamente los derechos de terceros Estados.
“Así las cosas, quedará en un acto más bien político, sin efecto alguno en el ámbito jurídico y jurisdiccional donde Nicaragua ha anclado exitosamente su posición y sus reclamos”, valoró el experto.
El experto afirmó que la primera fase de la estrategia de Colombia para tratar de involucrar a terceros, falló dramáticamente cuando pretendió hacerles creer y pronunciarse en el sentido que el fallo de la Corte del 2012 afectaba sus derechos y de esa manera hacer una alianza directa con Colombia, contra el fallo mismo y la Corte, utilizando a Nicaragua como excusa.
“Los comunicados oficiales emitidos por Costa Rica y Panamá después del fallo, destruyeron esta estrategia, pues ambos afirmaron rotundamente lo que la propia Corte indicó claramente: que sus sentencias solo afectan a las partes y que ella es muy cuidadosa en cuanto a no trazar líneas que puedan afectar derechos de terceros”, explicó.
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