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Milena Zamora

Como juego de ajedrez

Cuando pienso en las personas cuyas vidas serán afectadas por el fallo de La Haya en el diferendo entre Nicaragua y Colombia, me parece injusto que el bienestar y el futuro de miles de seres humanos sea determinado desde los cómodos sillones de unos jueces, que toman decisiones sin consultar el parecer de los afectados.

El fiel de la balanza, para que exista justeza, debería velar primero por las personas y no por los tecnicismos legales y territoriales. Se gastan millones de euros o dólares para que las vidas de los afectados sean como piezas de un juego de ajedrez en manos de dos contrincantes, cuyo único fin es darle jaque mate al oponente, sin importar cuántas o cuáles piezas haya que sacrificar para ganar. Es una pena que los intereses económicos y mezquinos de quienes ostentan el poder, estén por encima de la vida, el bienestar y la paz.

El fallo que adjudica las islas a Colombia, pero rodeadas por mar nicaragüense, deja a sus habitantes en una especie de limbo territorial y jurídico por su ambigüedad. En un sentido práctico, les está pasando algo similar a lo de un menor abandonado que después de estar bajo la tutela de quienes lo protegieron y cuidaron, aparece el padre biológico y por un fallo judicial le devuelven la tutela sin importar lo que es mejor para el pequeño.

Lo que están viviendo los isleños afectados por el fallo, me recuerda lo que pasó hace poco tiempo en Nicaragua, cuando midieron nuevamente una antigua carretera. Y sin haber cambios en su extensión, los que vivían en el kilómetro 51 amanecieron inexplicablemente en el km 52. Situación que trastocó sus vidas porque sus direcciones originales no coincidían con la nueva señalización. Un absurdo que tuvo una justificación ridícula y banal. Probablemente su trasfondo fue algún propósito oscuro para enredar el registro de la propiedad.

Me asombra ver a juristas y políticos alabando la actitud “pacifista” del presidente inconstitucional Daniel Ortega, mientras censuran y tildan de guerrerista y de no ser un estadista, al presidente Juan Manuel Santos; por su renuencia a aceptar un fallo que afectará la vida y el quehacer de miles de personas que han vivido bajo la bandera colombiana.

Sería maravilloso tener en nuestro país a un presidente que cuidara y defendiera a la ciudadanía, y los recursos naturales de la nación, como lo está haciendo el presidente Santos. Todo el territorio nicaragüense que hemos perdido en el transcurso del tiempo, y es ahora parte de otra nación, está mejor cuidado, es más próspero, y sus pobladores realmente viven mejor que los nicas. ¿Quién es su sano juicio desearía volver a ser ciudadano de una nación donde el actual presidente usó la bandera a manera de capa de superhéroe, y la primera dama en un desborde de creatividad ha hecho del escudo nacional una caricatura de mal gusto?

Que no arqueen sus cejas, o pongan cara de asombro, el día que el señor presidente inconstitucional Daniel Ortega, tire su piel de cordero, y como un sultán en el paradisiaco mar Caribe, cuente sus petrodólares junto con doña Rosario con su tiara de preciosos corales de los arrecifes de Seaflower. Entonces entenderán la razón de su actitud “pacifista” y quién resultó ser el mayor beneficiado.

—¿Y la vida de los afectados por el fallo?— ¡Muy bien gracias!

Mientras en nuestro país los árboles (de la vida) de lata, proliferan como por generación espontánea, Bosawas languidece en manos de los depredadores, el lago Cocibolca está amenazado de muerte, y los usuarios del transporte colectivo pagan el calvario de MPeso. La autora es Tecnóloga Médica.

Opinión Ajedrez Juego archivo

COMENTARIOS

  1. Nicanor
    Hace 10 años

    Tienes razón, hay que tomar en cuenta la vida de los afectados por el fallo. Lo unico que la moneda tiene dos caras. Resultan afectados los que pierden y beneficiados los que ganan. En este caso el perdedor es Colombia y la que gana Nicaragua. Si hubiese sido a la inversa usted no se quejaría, en todo caso seríamos nosotros. La honestidad está en que el fallo siempre debe acatarse, sea que está de nuestro lado o en el lado opuesto.

  2. Sanandresano
    Hace 10 años

    Existen voces nicaraguenses decentes como esta señora, que sin renunciar a su sentimiento patriotico e identidad cultural centroamericana, reconocen que el Archipielago de San Andres, sus cayos y su mar siempre han pertenecido a Colombia y que sus pobladores estaran mucho mejor como estan, que siendo divididos y despojados por un fallo espurio de la CIJ. Por favor no censuren mi comentario

  3. Bud Spencer
    Hace 10 años

    Hasta que al fin leo un articulo acertado sobre la resolución de la Haya.

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