GERALDINA GONZÁLEZ C.
Casi como por un patrón general de comportamiento, las mujeres solemos tener una capacidad especial para descubrir ciertas situaciones que no están a simple vista. En el trabajo, con la familia y en relaciones personales de amor o amistad, llega un momento en que nosotras empezamos a detectar ciertos comportamientos que nos hacen sospechar de algo o alguien, habilidad que debemos a la intuición femenina.
Cuando conocemos a un caballero por quien sentimos atracción, antes de entablar una relación con él, es inevitable que nos preguntemos si en verdad nos conviene o si es tan sincero como dice ser. Entonces empezamos a analizar el comportamiento y las palabras de esa persona, tratando de buscar una señal de lo que podría pasar.
“La intuición es como una alerta. Nos ayuda a estar pendientes de lo que podría suceder y normalmente se da cuando ya nos ha pasado una situación similar. Se activa cuando estamos en una situación de engaño o algún peligro que nos pueda afectar”, explica la psicóloga Cristian Padilla.
Que tengamos esta capacidad especial de sospechar lo que podría pasar no es coincidencia. Esta habilidad, afirma la especialista, es parte de nuestra naturaleza, la cual se va desarrollando a medida que vamos creciendo como parte de nuestra razón.
¿DESDE CUÁNDO?
Advertir lo que podría ocurrir en un futuro es una cualidad propia del sexo femenino.
La capacidad intuitiva de nosotras, según Padilla, empieza a manifestarse cuando nuestra personalidad se encuentra más desarrollada, entre los 18 y 21 años.
“Nuestra psiquis está regida por tres regiones: sentimientos, elaboración y aprendizaje. El instinto se empieza a formar en la etapa de elaboración, que es cuando se podría decir que somos personas maduras, cuando tenemos nuestra personalidad desarrollada, esto es entre los 18 y los 21 años”, explica la psicóloga.
Agrega que durante la etapa de sentimientos, que comprende desde nuestro nacimiento hasta los 17 años, todas nuestras acciones y decisiones están regidas por nuestras emociones y nuestros sentimientos.
En la etapa de elaboración nos apropiamos de las experiencias vividas y lo que hemos adquirido de ellas para ponerlo en práctica en futuras situaciones. Luego pasamos a la etapa de aprendizaje, que gracias a la experiencia, ya sabemos cómo podemos actuar para obtener determinado resultado.
CUALIDAD NATURAL
De acuerdo con la psicóloga Ledia Gutiérrez, la intuición es más desarrollada en las mujeres porque somos más perceptivas y podemos reconocer por intuición que algo no está bien. Esta cualidad natural está más desarrollada en unas mujeres que en otras.
Hoy en día la intuición puede manifestarse cuando vamos a empezar una relación, cuando estamos en busca de un empleo o cuando nos encontramos ante una adversidad. Analizamos la situación y, de cierta manera, deducimos lo que sucederá. En muchas ocasiones lo que intuimos se convierte en realidad.
Sin embargo, confiar por completo en nuestra intuición no siempre es conveniente, pues también debemos dar paso a la razón, así lo advierte Gutiérrez.
“Siempre es recomendable tomarse un tiempo para reaccionar, hacer un juicio o una acusación. Lo mejor es ser prudente y razonable. No hay que dejarse llevar solo por el instinto ni por la intuición”, aconseja Gutiérrez.
Por su parte, la psicóloga Cristian Padilla expone que gracias a nuestra intuición podemos salvarnos de situaciones o personas que nos podrían perjudicar, pero, al igual que Gutiérrez, enfatiza que no es recomendable tomar todas nuestras decisiones basándonos únicamente en nuestra intuición.
¿Y CON EL AMOR?
Cuando hombres y mujeres nos encontramos en la etapa de enamoramiento, todo nos parece perfecto. Solemos sentirnos felices y nos cuesta ver lo que para otros está a simple vista. Y aunque la intuición podría ayudar a las mujeres a sospechar de algún peligro, la psicóloga Cristian Padilla explica que el cóctel de hormonas liberadas durante el proceso de enamoramiento y causantes de la felicidad impiden el funcionamiento de la intuición y la razón.
“Siempre antes de una relación, la intuición está muy activa. Las mujeres empezamos a preguntarnos si el hombre que nos gusta es bueno o no, o si nos conviene, pero una vez que nos enamoramos, se adormecen tanto el razonamiento como la intuición. Por eso nos arriesgamos a las situaciones, aunque algo nos diga que no es lo mejor”, comparte Padilla.
En cuanto a los hombres, generalmente cuando comienzan una relación no se preguntan si la mujer es la indicada, pues ellos reaccionan cuando ya están inmersos en la situación. Sin embargo, de acuerdo con Padilla, son las madres las que por lo general suelen advertirlos cuando intuyen que ese no es el mejor camino para sus hijos, como parte del instinto materno de protección, una forma de expresión de la intuición femenina, cuya principal función es prevenir de un posible daño, ya sea físico o emocional.
La intuición femenina es una habilidad natural que podría ayudarnos a esclarecer nuestras inquietudes, incluso alertarnos ante posibles peligros. No es la fórmula mágica para adivinar el futuro, pero sí es una herramienta para analizar a profundidad aquello que despierte nuestras sospechas.
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