WASHINGTON/AFP
El creciente riesgo de una moratoria de la deuda de Estados Unidos preocupa a los países latinoamericanos, temerosos de un efecto dañino en la recuperación económica global, estimaron este jueves ministros de la región.
“Es un tema que nos preocupa a todos”, dijo el ministro de Finanzas de Chile, Felipe Larraín “Es un problema de Estados Unidos pero en extremo puede matar la recuperación de esta economía y eso significa un efecto muy potente para el resto del mundo”, añadió Larraín, de visita en Washington para la asamblea del FMI y el Banco Mundial.
“Para toda la economía global sería un golpe muy fuerte. Probablemente le reduciría el crecimiento a Estados Unidos y podría afectar nuestras perspectivas de crecimiento, que se apuntalan como mejores el año entrante”, coincidió el ministro peruano, Luis Miguel Castilla.
Según el FMI, América Latina deberá cerrar 2013 con un crecimiento de 2.7 %, menos de lo esperado en julio, aunque el Fondo espera una recuperación el próximo año y estima una tasa de 3.1 % para la región.
Los responsables plantearon sus temores cara a cara al Secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew en una reunión de ministros americanos de Finanzas el miércoles en Washington, al margen de la asamblea del FMI y el BM.
“Expresamos que realmente esto es un tema que nos preocupa muchísimo”, dijo Larraín.
“Fue receptivo (…) pero siento que de alguna manera cada sector está cavando sus trincheras, no se avanza en un acuerdo y los tiempos van corriendo”, lamentó.
Una eventual moratoria de la deuda estadounidense primero afectaría las relaciones comerciales con los países latinoamericanos, pero además podría provocar un salto en las tasas de interés de largo plazo, algo que preocupa “especialmente”, explicó Larraín.
“Hay demasiado que perder y la racionalidad tiene que imponerse”, apuntó Castilla.
Castilla y Larraín participaron este jueves en un foro sobre la Alianza del Pacífico, el bloque de integración entre sus países con Colombia y México, junto al ministro colombiano de Finanzas, Mauricio Cárdenas y el viceministro mexicano, Fernando Aportela.