El presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo ayer que se sentía “indignado y ofendido” de que España celebre como su día nacional el comienzo del “holocausto indígena” de América.
Al terminar la marcha se registraron incidentes aislados. La policía usó tanquetas lanza agua y lanza gases y logró dispersar a los manifestantes.
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“Viendo hoy unas imágenes públicas me consideraba indignado y ofendido que en otras partes celebren el día en que empezó el holocausto indígena de América. Eso debería reflexionarlo España, y debería reflexionarlo Europa. ¡No pueden estar celebrando el día que empezó la masacre, el holocausto de cien millones de hombres y mujeres que eran nuestros abuelos y abuelas!”, dijo.
“Nos produce indignación —prosiguió en un acto militar televisado— que se celebre en España y otros lugares del mundo el día que comenzó el holocausto más grande de la humanidad, porque se calcula que entre los pueblos azteca, maya e inca, sin contar a los caribes, fue exterminado más del 90 por ciento” de la población originaria.
Medio siglo después de la llegada en 1492 de Cristóbal Colón a América, donde entre 70 y 90 millones de personas vivían “en felicidad, en paz, con los conflictos humanos naturales, solo sobrevivieron tres millones”, remarcó Maduro.
NO HAY DÍA DE RAZA
En Venezuela se conmemora como festivo nacional el Día de la Resistencia Indígena desde 2002, tras anularse lo que hasta entonces se llamó en el país suramericano el Día de la Raza o de la Hispanidad.
“Ni el Día de la Hispanidad es hoy ni el Día de la Raza. Es el Día de la Resistencia Indígena, resistencia de nuestros pueblos”, añadió Maduro tras condenar el holocausto judío de mediados del siglo XX.
“Hay centenares de películas sobre el holocausto judío, el detestable holocausto que por racismo una ideología nazi fascista, una ideología capitalista, extremista de derecha, como fue la de Hitler, llevó a la masacre de todo el pueblo judío de entonces en Europa”, sostuvo.
En Venezuela existen entre 300,000 y 500,000 indígenas repartidos en unas 25 etnias, asentadas en su mayoría en las zonas fronterizas del oeste, este y sur del país.
600,000
es la población mapuche en Chile. La mayoría vive en comunidades rurales y pobres. Han librado conflictos por la tierra y los recursos naturales.
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