Lucía Vargas
El ruido hasta altas horas de la madrugada durante los días jueves, viernes y sábado, provocado por los clientes de dos bares que se ubican en las calles La Libertad y Miguel de Cervantes, en Granada, ha provocado quejas de los vecinos que afirman no pueden dormir, ni conversar, ni mucho menos ver la televisión porque no se escucha nada.
Explicó que primero amonestan, luego multan y si reinciden se aplica el cierre temporal, reducción del horario y cierre definitivo. Indicó que la nueva normativa de horarios se extiende hasta las 3:00 a.m. para estos dos bares.
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El bar Imagine, del señor Kevin Cohen, abierto hace tres años y el bar Reilly”s Irisch Taberna, abierto desde marzo, representado por el norteamericano Gregory Emerson Miller, según la Policía, están en la misma acera y junto a la Catedral.
En ambos sitios, según los vecinos, hay mucho ruido hasta las 3:00 a.m. Luis Saballos, vecino del lugar, dijo que en Imagine ponen música viva y el dueño toca una guitarra eléctrica y canta, sin los requisitos de acondicionamiento acústico. LA PRENSA buscó la opinión de los aludidos en varias ocasiones, pero no hubo hasta ayer respuestas.
El problema ya ha sido planteado a las autoridades de la Alcaldía, Minsa, Intur y Policía, sin embargo los quejosos alegan que hasta ahora nadie les ha dado respuesta.
INSPECCIÓN
El 7 de septiembre una comisión compuesta por el Minsa, Policía y Alcaldía realizó una inspección en casa de Saballos para medir los decibeles del ruido que se escuchaba de los dos bares. Lograron comprobar que a las 10: 45 p.m. había 39.5 decibeles (durante la noche los niveles de sonido exterior no deben exceder de 45 decibeles, indica el Código Penal en el artículo 534).
“Vinieron ante las quejas que hice porque la perturbación sonora por la música en vivo que mantiene el bar Imagine es insoportable, pero aclaro que el dueño del bar fue advertido de que esa noche se haría la medición, por lo que bajó el sonido”, refirió Saballos.
Dijo estar preocupado porque una funcionaria del Minsa que andaba en la inspección consideró que el ruido no era significativo, tomando en cuenta que la casa está ubicada en una “zona de bacanal”.
“Esta zona es residencial, no es zona rosa, ni de bacanal, solo pedimos que respeten nuestras leyes porque en sus países no creo que yo pueda hacer lo mismo”, dijo Saballos.
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