Félix Rivera M.
Para monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega, “ el diálogo sincero debe prevalecer por encima de las armas entre el Gobierno y los rearmados, porque la guerra no deja nada bueno”.
El religioso brindó declaraciones al Diario LA PRENSA ayer domingo en la Sacristía de la Catedral San Juan.
Ofició una misa poco después de que finalizara la peregrinación de católicos que caminaron desde Los Robles, 20 kilómetros al norte de la ciudad de Jinotega. Los peregrinos rogaron por la paz de Nicaragua y a la vez celebraron el Año Jubilar 2013 y el centenario de la Provincia Eclesiástica.
En el último mes dos miembros de los CPC han sido asesinados en Wiwilí y Pantasma, supuestamente murieron a manos de rearmados. Pero el Ejército y la Policía prefieren calificar a estos grupos como “bandas de delincuentes”, mientras ellos se autodenominan “alzados en contra del gobierno de Daniel Ortega”.
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Sin embargo, la realidad es que “la situación que se vive en las comunidades fronterizas entre los municipios de Pantasma y Wiwilí, afecta el desarrollo de los oficios religiosos de las parroquias”, señaló el obispo. Según él, en los últimos 15 días se ha visto una disminución de feligreses campesinos en las parroquias de las comunidades. Faltan “principalmente los jóvenes, que tienen temor a que se vaya a desatar algún enfrentamiento”.
NO VE “SEÑALES”
El religioso lamentó que hasta el momento no ha visto “señales” de un diálogo “ni de parte del Gobierno ni de los rearmados”. “Yo no puedo entrar al corazón de cada uno, porque cada quien expone sus razones. Por eso como cristianos y creyentes, le pedimos a Dios que ilumine a unos y otros. Hay que ponernos en oración, para que el Señor destruya ese egoísmo, esa soberbia y prepotencia que destruye a todos los nicaragüenses y no siga creciendo ese ambiente de violencia”, dijo.
Herrera recordó que hace unos 15 días pidió a través de un comunicado a los nicaragüenses el cese de la violencia en el área rural de Jinotega, “para que las fuerzas militares respeten a los civiles y que los que están rearmándose busquen otros medios para protestar y exigir sus derechos”.
Según el obispo, los sacerdotes de Jinotega están “en oración, para que cese la violencia y haya un marco de entendimiento y que vuelva la armonía ante todo a nuestro pueblo”.
DISPUESTO A MEDIAR
Herrera aseguró que estaría dispuesto a servir de mediador entre el Gobierno y los rearmados “si se diera un diálogo sincero, un acuerdo para deponer las armas”.
“Por eso estamos invitando a los fieles a orar, a confiar en el Señor que nos ayude para llevar la situación con fe, con confianza, para no crear resentimientos. El armamento, la violencia, la guerra, traen situaciones de muerte y tristeza y eso es lo que no queremos nosotros”, afirmó el obispo jinotegano.
En el último mes dos miembros de los CPC han sido asesinados en Wiwilí y Pantasma, supuestamente murieron a manos de rearmados. Pero el Ejército y la Policía prefieren calificar a estos grupos como “bandas de delincuentes”, mientras ellos se autodenominan “alzados en contra del gobierno de Daniel Ortega”.
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