SAN SALVADOR/AFP
Tres reclusos desde una cárcel de El Salvador realizaron 11,209 llamadas telefónicas para extorsionar en un mes por lo que serán trasladados a otro presidio de máxima seguridad, informó este miércoles una fuente oficial.
“Uno de los reos realizó en un mes 4,909 llamadas. Él realizó 4,345 y recibió 564, esto le da a él un promedio de trece horas (hablando) al día y el saldo de la cuenta de teléfono (celular)fue de 2,755 dólares”, declaró en rueda de prensa el ministro de Justicia y Seguridad, Perdomo.
Desde fuera de las cárceles, los números de teléfonos son recargados por familiares o cómplices de los reos con el efectivo producto de las extorsiones. El reo de las 4,909 llamadas, que no fue identificado, se encuentra en el hacinado centro penal La Esperanza, en la periferia norte de San Salvador, por lo que Perdomo ordenó se le traslade a la cárcel de máxima seguridad, en Zacatecoluca, unos 60 km al sureste de San Salvador.
Siempre en el presidio La Esperanza -con capacidad para 1,200 internos, pero que alberga un poco más de 5,200 – otros dos reos acumulaban 3.500 llamadas y 2,800, respectivamente. Ambos también serán enviados a la cárcel de Zacatecoluca.
“Esto nos preocupa seriamente. Es producto de la investigación, es producto de la requisa(al interior de la cárcel)”, comentó el ministro de Seguridad, luego de recibir de la embajadora de Estados Unidos, Mari Carmen Aponte, un donativo de 2.5 millones de dólares en equipos de cámaras de vigilancia, rayos X y otros equipos de seguridad. De La Esperanza, que tiene recluidos presos comunes y expandilleros, según Perdomo, es de donde “se tiene el mayor nivel de extorsiones”.
Con base a datos del servicio de inteligencia de la Policía, el ministro comentó que en la que va del año se han detectado 3,000 nuevos teléfonos celulares para cometer ilícitos, a la vez estimó que en las extorsiones son utilizados 30,000 aparatos.
Para combatir las extorsiones, el ministro Perdomo pidió a las compañías privadas de telefonía “limitar” las señales teléfonicas alrededor de las cárceles del país que a pesar de tener capacidad para 8,500 internos albergan a 27,000.
Las extorsiones, en su mayoría, son cometidas por pandilleros que desde marzo de 2012 mantienen una tregua que redujo los homicidios de 14 a seis por día.