Wendy Álvarez Hidalgo
En el campo la mayoría de los jóvenes prefieren ser empleadores que empleados. Sin embargo, sus aspiraciones se ven frenadas por varios factores, entre estos la escasez de financiamiento y falta de programas de asesoría y acompañamiento. Este es uno de los hallazgos del estudio Identificación de oportunidades de negocios y empleo para adolescentes y jóvenes hombres y mujeres, divulgado por el organismo Plan Internacional Nicaragua.
A la sequía de financiamiento se suma el miedo al fracaso, porque en sus municipios no hay programas que los apoye en la puesta en marcha de sus planes de negocios, o bien por falta de formación académica o porque no se sienten competentes para hacerlo, recalca el estudio realizado por la Fundación para el Desarrollo Socioeconómico (Fundeser) con el apoyo de Fundación Telefónica.
En una encuesta aplicada en 15 municipios del país, en el marco de esta investigación, el 44.2 por ciento de los jóvenes afirmó que optaría por tener un negocio frente al 26.2 por ciento que prefiere tener un empleo. En tanto un 26.2 por ciento quiere ser propietario de un negocio y tener un empleo.
Además se pretende que para 2016 se eliminen las principales causas legales y administrativas que alienten al trabajo de la economía informal.
Nadine Lacayo, de Fundeser, dijo que es fundamental estimular en el campo el espíritu emprendedor para avanzar en la reducción de la pobreza.
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De hecho, el 41.7 por ciento afirma tener una buena idea de negocio, sin embargo “el estudio identifica que existen escasas opciones para acceder a un crédito para iniciar un negocio”, alerta el estudio, que señala que la situación empeora para los jóvenes porque carecen de garantías materiales que pide la banca convencional y la mayoría de las instituciones de microfinanzas tampoco cuentan con una política de financiamiento para emprender negocios. Solo el Fondo de Desarrollo Local (FDL), Fundeser y Prodesa tienen microcrédito para estimular el nacimiento de nuevos negocios.
La única alternativa de apoyo para emprender negocios que los jóvenes encuentran en el campo son programas que impulsa el instituto de investigación Nitlapan. El proyecto se denomina Haciendo emprendedores, y consiste en ayudar a los jóvenes con financiamiento para que inicien sus negocios. Además, agrega el documento, les facilita capacitación, asesoría general, legal y técnica, entre otros.
Entre los municipios que incluyó el estudio figuran El Viejo, La Libertad, Santo Domingo, San José de los Remates, Cusmapa, Waspam, Villanueva, Totogalpa, Cuapa, entre otros.
Aprovechar potencial
Rosario del Río, directora de Plan Internacional Nicaragua, sostiene que en el interior existe un alto potencial para impulsar el empleo juvenil y precisamente esta investigación permitirá marcar una directriz para generar oportunidades en el campo y por ende frenar la migración hacia la ciudad.
“Hay mucho potencial, pero hay mucho por hacer. Hay que juntar la oferta y la demanda, pero también eso implica juntar la educación para fortalecer las habilidades de los jóvenes”, enfatizó durante la presentación de la investigación.
Esta necesidad de promover el emprendimiento en la zona rural se vuelve urgente tomando en cuenta que solo el 13.3 por ciento de los jóvenes consideran que hay suficientes fuentes de empleo en sus municipios, mientras que otro 81.4 por ciento no ve opciones laborales a corto plazo.
La Encuesta de Hogares para medir la pobreza en Nicaragua 2012, de la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), en la zona rural 61.3 por ciento de los nicaragüenses vive en pobreza general, cuyo flagelo afecta casi por igual a hombres (42.9 por ciento) y mujeres (42.6 por ciento).
En el campo son las mujeres las que en su mayoría aspiran a emprender negocios. Del Río asegura que hoy es el momento ideal para potenciar el empleo y emprendimiento juvenil en el interior del país, tomando en cuenta el dinamismo económico que está experimentando la economía nacional con el aumento de la inversión tanto extranjera como internacional.
La educación técnica
Pero para impulsar más los proyectos de negocios que se están incubando en el interior del país la educación técnica es clave, para crear capacidades. Incluso, el estudio revela que no existe sinergia entre lo que están estudiando los jóvenes del campo con la necesidad de sus comunidades.
Durante la presentación de la investigación, Nadine Lacayo, de Fundeser, señaló que el campo necesita técnicos en agroindustria, turismo y ganadería.
La experta instó a ayudar a los jóvenes a echar a andar sus planes de negocios, porque estos tienen mayor capacidad para adaptarse a la realidad y evolución económica del país.
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