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El renacer del espionaje

El obispo de Estelí, monseñor Abelardo Mata, el Diario LA PRENSA y la revista Confidencial han denunciado en los últimos días ser víctimas de espionaje intimidatorio militar y policial, el cual, además de violar los derechos humanos y la libertad de información, es ilegal e incluso inconstitucional.

En la reforma constitucional de 1995, que se aprobó el 1 de febrero pero —por los desacuerdos entre el poder ejecutivo y el poder legislativo— entró en vigencia hasta el 4 de julio de ese año, se prohibió categóricamente al Ejército de Nicaragua realizar espionaje político. A partir de aquellas reformas constitucionales que fueron hechas con el objetivo de democratizar la Constitución sandinista autoritaria de 1987, y adaptarla a las nuevas circunstancias creadas con el triunfo electoral de la democracia en febrero de 1990, el Artículo 96 de la Constitución de Nicaragua dice lo siguiente: “No habrá servicio militar obligatorio y se prohíbe toda forma de reclutamiento forzoso para integrar el Ejército de Nicaragua y la Policía Nacional. Se prohíbe a los organismos del Ejército y la Policía y a cualquier otra institución del Estado, ejercer actividades de espionaje político”.

Está claro, pues, que no solo al Ejército se le prohibió constitucionalmente realizar cualquier clase de espionaje político, intimidatorio y represivo. La prohibición del espionaje político es para todo el Estado y Gobierno, dice el mismo Artículo 96 y por lo cual la reforma constitucional de 1995 modificó también el Artículo 26 de la Constitución, que desde entonces establece lo siguiente:

“Toda persona tiene derecho: A su vida privada y la de su familia. A la inviolabilidad de su domicilio, su correspondencia y sus comunicaciones de todo tipo. Al respeto de su honra y reputación. A conocer toda información que sobre ella hayan registrado las autoridades estatales, así como el derecho de saber por qué y con qué finalidad tiene esa información”.

Los reformadores de la Constitución en 1995 explicaron en su momento que se prohibió el espionaje militar y gubernamental en general, para consagrar una garantía esencial de los derechos humanos que es parte de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la Declaración Americana de Derechos Humanos; y para que el represivo espionaje político nunca más se volviera a practicar en Nicaragua. Sin embargo, con la restauración de Daniel Ortega y el FSLN en el poder, también se ha restablecido en el país el espionaje político, como lo indican las denuncias arriba mencionadas.

La Asamblea Nacional, que como institución primaria del Estado fue la que justamente prohibió por medio de la Constitución el espionaje político contra los ciudadanos, ahora debería preocuparse al menos por investigar las denuncias de las víctimas de esa infame práctica represiva. Pero la Asamblea Nacional ya no es independiente, está sometida al poder de Daniel Ortega y los diputados oficialistas —que son una aplastante mayoría—, han renunciado a la lealtad constitucional y más bien justifican el espionaje gubernamental, reconociendo insólitamente que hasta ellos son espiados.

Y todavía hay quienes tienen la desfachatez de negar que en Nicaragua impera una dictadura.

Editorial Opinión confidencial espionaje archivo

COMENTARIOS

  1. la experiencia demuestra
    Hace 10 años

    Pero solo hay una realidad en el reino de la Tierra nunca se ha dicho una frase mas cierta que esta: “LOS PUEBLOS TIENEN LOS GOBIERNOS QUE MERECEN”

  2. Francisco
    Hace 10 años

    No estoy de acuerdo con “Mr. War” o el señor Mata, sin embargo repudio cualquier intento de violar el artículo 26 de nuestra sagrada constitución, mucho ojo con esto. Ya cuando se trastoca la integridad del ciudadano y el derecho a su privacidad, ya la cosa empieza a ponerse fea. Mucho ojo.

  3. Felix Rivera
    Hace 10 años

    En estos tiempos ya no es necesario andar haciendo ninguna clase de espionaje. La razon mas importante es porque en Nicaragua nadie esta pensando en derrocar al gobierno por la via armada. Pensamos en quitar a este gobierno pero por las vias democraticas y pacificas;una de ellas siendo la via electoral.

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