Una medalla olímpica es un sueño de toda la vida del deporte nicaragüense.
Un sueño que casi se cumple en los Juegos Olímpicos de 1984, pero la dirigencia deportiva del gobierno sandinista de ese entonces lo impidió cuando le negaron el aval a Michelle Richardson, quien conquistó plata en natación.
Desde entonces, se ha soñado con esa posibilidad, se han tejido hipótesis, pero para el entrenador de boxeo Jacob Najar, adiestrador de la Selección Juvenil de Estados Unidos, es algo real, que puede conseguirse en el pugilismo olímpico sin millonarios presupuestos.
Según Najar, solo se requiere voluntad de los entrenadores, de los peleadores y de la misma dirigencia, aportando lo necesario para una buena preparación.
“Antes de todo, se debe tener las ganas del peleador de ser un medallista olímpico”, dijo Najar. “El boxeador, sobre todo, debe tener las ganas de ser amateur, de meterse en unas olimpiadas para ganar”.
“El problema es que muchos entrenadores les metemos en la cabeza a los peleadores que peleen como profesionales. Es obvio que en Nicaragua y muchos países latinoamericanos se sufre de pobreza y por esa razón piensan desde muy temprano en el profesionalismo como una forma de darle vida a nuestras familias a lo inmediato”, reiteró.
¿En qué momento un entrenador se debe dar cuenta del talento de un peleador?
“Desde un principio. Nosotros decimos en el gimnasio de Coachella que desde un principio se le ve la zanca a un pollo. Como buen entrenador se sabe cuándo tiene un buen peleador”.
¿Qué es lo que mejor debe tener un peleador para ser olímpico?
“A mí me gusta que tenga un buen jab, una buena defensa. Pero, sobre todo, que tengan disciplina y que nunca se rindan en el gimnasio”.
¿Es mucha plata la que se invierte para un medallista olímpico?
“No se ocupan millones, lo que se necesita son las ganas. Oscar De La Hoya entrenó en el garaje de su casa, hasta que alguien lo miró y lo llevó a un gimnasio más formal. El peleador que es malo, es malo, no lo podés cambiar ni con un millón de dólares que inviertas en él. Se le ayuda con patrocinadores, en un buen campamento, pero eso no lo hace mejor”.
¿Cuál es la importancia del entrenador?
“Motivar al niño o a la niña a que practique el boxeo. Aunque al comienzo no saben tirar un jab, hay que animarlo, decirle que hace un buen trabajo, para que regrese al gimnasio y mejore con el tiempo”.
¿Entonces hay que decir en Nicaragua que no se debe ser millonario para ser medallista?
“Claro, muchos olímpicos no son millonarios. Los cubanos no son millonarios y cuántos campeones han tenido en su historia. Este gimnasio (Roberto Huembes) tiene todo para hacer buenos peleadores, solo se necesita un buen trabajo del entrenador con los muchachos”.
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