“Él es como el teclado de un piano, con teclas blancas y negras pero, detrás de su fachada con la que trata de controlarlo todo, es un chico perdido, con el corazón roto”, explica el actor Tom Hiddleston, sobre su personaje Loki, de la secuela Thor: The Dark World y que, según él, ve en ese cóctel de emociones la clave de su popularidad.
“La audiencia puede entenderle, empatizar con él, aunque es un villano arrogante y orgulloso”.
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