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Es una chica normal

Jennifer Lawrence está empeñada en ser una chica normal, al menos todo lo normal que puede ser alguien que desde el comienzo de la década ha pasado del anonimato a ganar un Óscar y optar a otro, y su rostro empapela hoy paredes por todo el mundo como protagonista de The Hunger Games.

EFE

Jennifer Lawrence está empeñada en ser una chica normal, al menos todo lo normal que puede ser alguien que desde el comienzo de la década ha pasado del anonimato a ganar un Óscar y optar a otro, y su rostro empapela hoy paredes por todo el mundo como protagonista de The Hunger Games.

La joven, de tan solo 23 años, reconoce que la vida de Hollywood no le resulta “apetecible”, que le divierte tanto como ver un “reality” tumbada en el sofá de su casa donde trata, por todos los medios, de que sus visitas no se sientan “intimidadas” por su apabullante y repentina fama. “Eso es lo último que yo quiero”, comenta la actriz.

El pasado mes de febrero recibió la estatuilla de Mejor Actriz por su papel en Silver Linings Playbook (El lado bueno de las cosas), apenas dos años después de su primera nominación por Winters Bone, un premio que confirmó su fulgurante progresión y la puso de moda en la meca del cine, pero con el que no se identifica fácilmente.

“Lo metí en un armario junto al cuarto de baño, porque me hace sentir rara cuando lo miro”, explicó la intérprete, quien finalmente optó por dejar que su madre custodie el dorado Óscar.

Espectáculo actriz Jennifer Lawrence archivo

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