Irán y la comunidad internacional vuelven este miércoles a la mesa de negociaciones en Ginebra con la esperanza de sellar un acuerdo sobre el programa nuclear iraní que satisfaga a los más escépticos en Washington e Israel, para las cuales el guía supremo de la República Islámica, Alí Jamenei, fijó las “líneas rojas”.
“Insisto en la consolidación de los derechos nucleares de Irán”, declaró Jamenei en un discurso difundido en directo por la televisión pública, en el que pidió a los negociadores iraníes que respeten las “líneas rojas” del programa, especialmente el derecho a enriquecer uranio en territorio iraní y la negativa a cerrar la planta de enriquecimiento en Fordo.
Jamenei también afirmó que Israel “está condenado a la desaparición”, una frase que complicará las negociaciones en Ginebra, donde las potencias occidentales insisten en que el acuerdo garantice la seguridad de Israel.
El encuentro de Ginebra se realiza un día después del doble atentado perpetrado frente a la embajada de Irán en Beirut, en el que murieron al menos 23 personas y 146 resultaron heridas. Irán acusó a Israel y a sus “esbirros”.
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Durante la mañana de este miércoles se prevén encuentros bilaterales, incluyendo uno entre el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. Por la tarde, se celebrará una reunión entre Irán y el grupo de los 5+1 (Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido y Francia, más Alemania).
Diez días después de una reunión, también en Ginebra, entre los mismos interlocutores, se espera que en esta ocasión sea posible alcanzar un acuerdo.
El ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, dijo en Roma que existen “posibilidades reales” de un acuerdo.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, parecía más cauto. “No sé si lograremos llegar a un acuerdo esta semana o la semana que viene”, dijo el martes.
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirma que hay una “oportunidad real” de alcanzar un acuerdo sobre el programa nuclear iraní.
La oficina del primer ministro británico, David Cameron, también recordó después de la llamada que hizo el martes a Rohani -el primer contacto de este tipo en una década- que es importante “aprovechar esta oportunidad”.
El P5+1 quiere, en una primera fase, que Irán congele sus actividades nucleares más sensibles mientras se llega a un acuerdo definitivo.
Pero la cuestión es si Irán, que busca que la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea suavicen las sanciones, que han reducido en más de la mitad sus vitales exportaciones de petróleo, va a aceptar lo que le ofrecen a cambio.
En la mesa en Ginebra sólo hay una oferta “limitada, temporal, determinada y reversible” que, según un funcionario estadounidense, “no ayudará a Irán ni remotamente a salir del agujero en el que le hemos metido”.
“Mantendremos las sanciones hasta que no estemos seguros de que Irán ha renunciado definitiva e irreversiblemente a su programa militar para dotarse con el arma atómica”, dijo el presidente francés, François Hollande, el lunes en Israel.
El presidente Rohani señaló a su homólogo chino, Xi Jinping, que Irán quiere “un acuerdo que preserve sus derechos y con el que muestre que su programa nuclear es totalmente pacífico”, informó la agencia Irna.
El mandatario también pidió a China “actuar contra las demandas excesivas de algunos países”, en referencia a Francia, que pidió un endurecimiento del texto preparado en las últimas negociaciones, que Irán rechazó.
En caso de fracaso, Rohani, que desde su elección este año ha abierto la esperanza de un cambio de política, puede perder el apoyo del guía supremo, el ayatolá Alí Jamenei, temen lo expertos.
Derecho a enriquecer uranio
El enriquecimiento de uranio es la principal preocupación de la comunidad internacional, ya que puede servir para fabricar la bomba atómica.
Tanto en Israel como en Estados Unidos hay un sector que quiere que Irán cese todo enriquecimiento -tal como exigen las múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas- y destruya la totalidad de las reservas de uranio enriquecido.
Pero el P5+1 se conformaría con que el enriquecimiento no sobrepase el límite del 20 % y las reservas de material enriquecido se reduzcan muy por debajo de ese límite, así como que se incrementen las inspecciones de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) y se suspendan los trabajos del reactor de Arak.
Israel, del que también se sospecha que cuenta con el arma atómica, no descarta atacar a Irán. “El P5+1 le está dando mucho a Irán, Irán no está dando prácticamente nada. Es un mal acuerdo”, dijo Netanyahu al diario alemán Bild el lunes.
Entre tanto, Obama trata de convencer a los legisladores de su país para que no refuercen las sanciones contra Irán, lo que sin duda socavaría los esfuerzos diplomáticos y podría empujar al régimen iraní a ampliar sus actividades nucleares tras la reciente pausa.
“Existe una posibilidad real de que el Congreso ponga palos en las ruedas de la diplomacia”, dijo a la AFP Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Estudios Estretégicos.
Obama se reunió el martes con un grupo de senadores clave en la Casa Blanca para tratar de convencerles de que apoyen su nuevo paquete de sanciones sólo en caso de que Teherán incumpla sus compromisos.