Judith Flores
Corresponsal / Miami
Las lágrimas recorren las mejillas de Cecia Soza, se esfuerza por evitar y disimularlas, levanta el rostro pero no las puede detener, llora de dolor y tristeza, sus padres están ausentes en la cena de Acción de Gracias, su madre fue deportada hace cinco años, cuando ella tenía 12, y su padre hace solo dos meses.
Su hermano Ronald no expresa sus sentimientos, pero en sus ojos hay tristeza. Este año los hermanos Soza se sentaron a la mesa de Nora Sándigo, la directora de la Fraternidad Americana, su guardián legal tras la deportación de Ronald Soza, el padre, que quedo al cuidado de sus dos hijos tras la deportación de Maricela, su esposa, en el 2008.
“Estamos bien, pero es un tiempo muy difícil no tener a nuestro padre en casa, la vida nos cambió radicalmente, casa, escuela y la ausencia ahora de mi papa”.
Viene la época de Navidad y Año Nuevo, para ellos no será una fecha de alegría, confiesa que extraña a sus padres y todavía llora por las noches a la hora al acostarse. “Mi sueño es que la familia se pueda sentar unida a la mesa, que mis padres puedan regresar, quiero ir a la universidad y estudiar medicina, que todo vuelva hacer como antes y que aprueben la Reforma Migratoria, eso ayudaría a que mis padres estén nuevamente con nosotros”.
Ese, también es el sueño de Lucía, añora tener a su esposo nuevamente en casa, él fue deportado hace casi tres años a su natal Guatemala. Ella quedó a cargo de sus cuatro hijos nacidos en Estados Unidos, y embarazada de su pequeña Diana, hoy con 18 meses.
En su hogar no habían carencias, su esposo ganaba cerca de 50 mil dólares al año, pero hoy viven con mucha escasez. “Son cinco niños y a medida que van creciendo tienen más necesidades, a veces no tengo dinero para pagar el servicio de electricidad”, dijo entre sollozos.
¿Cuál es tu mayor sueño?. Que el presidente Barack Obama cumpla la Reforma Migratoria que prometió para que mi esposo pueda regresar y ayudarme a criar a mis cinco hijos.
El deseo de Cecia y Lucía tiene pocas probabilidades de cumplirse pero dicen no perder la esperanza. Quedan escasos días para que el Congreso se retire de vacaciones y no se vislumbra una solución negociada entre demócratas y republicanos para aprobar la Ley que le daría alivio migratorio a once millones de personas.
Jorge Tume, de United Families, dice que están trabajando para lograr el apoyo republicano que se requiere para aprobar la Reforma. “No perdemos la esperanza, quedan unos días y creemos que todavía puede lograrse el apoyo de los republicanos en el congreso. Sino vamos hacia la Casa Blanca para que Obama apruebe una medida para detener las deportaciones, él prometió una reforma pero cada día deportan a mil 100 personas, en cinco años él ha deportado dos millones de inmigrantes”.
Sándigo dice que lucharán hasta el último momento. Dice que cada día centenares de niños sufren la separación de sus padres al ser deportados. Cecia y Ronald viajarán a Washington la próxima semana para exponer su testimonio ante el Congreso y sensibilizar el corazón de cada uno de los legisladores.
La familia Tume, compuesta por el matrimonio y dos hijos, de origen peruano, se ha integrado a la lucha por la aprobación de una Reforma Migratoria, y ayudar a otras familias. Aunque no poseen estatus legal, se consideran afortunados porque permanecen juntos en Estados Unidos.