Ana Mengotti
Bogotá/EFE
La última evaluación de la OCDE sobre el estado de la educación en el mundo pone de cara a la pared a los países latinoamericanos analizados y muestra que la bonanza económica no ha tenido su correlato educativo.
Aunque solo ocho países de la región están entre los evaluados en el informe PISA 2012, son lo suficientemente representativos como para generalizar sus preocupantes resultados, que muestran que a la educación no se le da en América Latina la relevancia que tiene.
La célebre frase “es la economía, estúpido”, que se le atribuye a un asesor de Bill Clinton en la campaña electoral de 1992 para marcar lo verdaderamente importante, bien podría cambiarse en este caso por “es la educación, estúpidos”.
A tenor de los resultados de PISA, los países de América Latina no han aprovechado el crecimiento económico ni la estabilidad política de los últimos años para dar un salto cualitativo en materia de educación, lo que sí han hecho los países asiáticos, que ocupan los primeros puestos de la tabla.
Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, México, Perú y Uruguay están al final de la lista de los 65 países que participaron en este examen para evaluar los conocimientos en matemáticas, lenguaje y ciencias de los alumnos de 15 años.
El mejor situado de los ocho, en el puesto 51, es Chile, donde el tema educativo ha estado en el centro de la atención debido a las protestas estudiantiles en demanda de una educación gratuita y de calidad, y el peor, Perú, el último de la lista, en el puesto 65.
Entre uno y otro están México (53), Uruguay (55), Costa Rica (56), Brasil (58), Argentina (59) y Colombia (62), todos ellos con puntuaciones por debajo del promedio.
En la anterior prueba Pisa (Programa Internacional de Evaluación Estudiantil), dada a conocer en 2010, fueron evaluados los mismos países latinoamericanos salvo que en lugar de Costa Rica estuvo Panamá y los resultados fueron por el estilo a los de 2012.
La prueba promovida por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), formada por 34 países, solo dos de ellos latinoamericanos, Chile y México, tiene como objetivo determinar “qué saben los chicos de 15 años y qué son capaces de hacer con lo que saben”.
En el informe la OCDE destaca la importancia de una buena formación en matemáticas de cara al futuro de los alumnos.
Precisamente las matemáticas son el “fuerte” de los países asiáticos. Los ocho mejor situados en la tabla de PISA sobre los conocimientos matemáticos son Shangai (China) con una puntuación de 613, Singapur (573), Hong Kong (561), Taipei (560), Corea del Sur (554), Macao (538) y Japón (536).
La puntuación de Shangai está 119 puntos por encima de la media de los países de la OCDE, que en conjunto invierten 230.000 millones de dólares al año en la enseñanza de esa ciencia en las escuelas, y 245 puntos por encima de la nota de Perú, el último de la fila y uno de los países latinoamericanos que ha desarrollado más lazos económicos y comerciales con la región de Asia Pacífico.
Perú y los otros miembros de la Alianza del Pacífico, que son México, Colombia y Chile, pretenden ser socios de Asia en una economía global y sin barreras.
Si así fuera, los chicos de 15 años de las dos regiones competirán entre ellos en el futuro y los chilenos, peruanos, mexicanos y colombianos estarán en inferioridad de condiciones respecto a los asiáticos.
“Una buena formación en matemáticas tiene un importante impacto en las oportunidades de un individuo en la vida. El informe muestra que tener unos conocimientos reducidos en matemáticas limita severamente el acceso de una persona a los puestos mejor pagados y más valiosos”, dice la OCDE en el informe que acompaña la tabla.
Aunque el secretario general de la OCDE, el mexicano ngel Gurría, señala que el informe PISA “no trata de dar lecciones a nadie”, parece claro que los países asiáticos han dado una lección al resto.
El informe busca precisamente que los países tengan información acerca de las experiencias exitosas de otros países en materia educativa.
La selección y recompensa de los buenos profesores, la creación de un ambiente innovador en el colegio y emplear los recursos educativos de una manera equitativa entre las escuelas más y menos avanzadas son los elementos de los que se valen los países que están en primer lugar en la tabla.
Algunos de los Gobiernos de los países analizados han hecho autocrítica; otros han preferido callar o destacar algún aspecto positivo.
“No hicimos lo suficiente. Hay que hacer mucho más, el fenómeno es mucho más complejo”, afirmó el presidente uruguayo, José Mujica.